"Conservemos la dulce y confortadora alegría de evangelizar, incluso cuando hay que sembrar entre lágrimas", les pidió el arzobispo de Buenos Aires a los sacerdotes durante la Misa Crismal.
El obispo de San Isidro, monseñor Oscar Vicente Ojea, presidió en la mañana del Jueves Santo, la Misa Crismal en las instalaciones del Colegio Marín.
En la Misa Crismal, el arzobispo de Corrientes recordó al clero que ese abrazo "revitaliza y otorga un nuevo vigor para vivir en el amor y ser capaces de permanecer en hacer el bien siempre".
El arzobispo de Paraná, monseñor Juan Alberto Puiggari, presidió el 31 de marzo la Misa Crismal con el presbiterio local.