Jueves 14 de noviembre de 2024

Mons. Urbanc: El sacerdocio requiere una entrega total

  • 31 de marzo, 2021
  • San Fernando del Valle de Catamarca (AICA)
El obispo de Catamarca le recordó al clero catamarqueño que la celebración de la misa es "el principal oficio" y "la más alta forma de servir a la comunidad, en la fe, la esperanza y la caridad.
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El obispo de Catamarca, monseñor Luis Urbanc, presidió la Misa Crismal a los pies de la Madre del Valle, donde el clero diocesano renovó sus promesas sacerdotales, consagró el Santo Crisma y bendijo los nuevos óleos con los que serán ungidos los catecúmenos, los nuevos bautizados y los enfermos.

La celebración litúrgica, que fue seguida por cientos de fieles a través de las redes sociales, volvió a celebrarse en medio de la pandemia, esta vez en el marco del Año de San José en comunión con la Iglesia Universal y el Año Diocesano de Fray Mamerto Esquiú, que prepara para vivir en este 2021 la beatificación del fraile catamarqueño.

En su homilía, monseñor Urbanc les recordó que "la celebración de la santa misa es el principal oficio y la primera necesidad que todo sacerdote tiene para con él mismo y para con la Iglesia, y la más alta forma de servir a la comunidad, en la fe, la esperanza y la caridad”.

“Por eso, san Juan Pablo II afirmaba con emoción que 'la respuesta a este don del sacerdocio no puede ser otra que la entrega total: un acto de amor sin reservas… La aceptación voluntaria de la llamada divina al sacerdocio fue, sin duda, un acto de amor que ha hecho de cada uno de nosotros un enamorado. La perseverancia y la fidelidad a la vocación recibida consiste, no sólo en impedir que ese amor se debilite o se apague, sino principalmente en avivarlo, en hacer que crezca más cada día'", citó.

"Un sacerdote vale lo que vale su vida eucarística, sobre todo su misa. misa sin amor, sacerdote estéril, misa fervorosa, sacerdote conquistador de almas. Devoción eucarística descuidada y no amada, sacerdocio en peligro y desfalleciente", agregó con palabras del papa polaco.

El obispo se dirigió directamente a los presbíteros presentes y les dijo: “De corazón les pido que sigan siendo creativos y empeñosos en la atención de sus comunidades, no disminuyendo en la calidad del servicio, sino mejorándolo con el uso de las herramientas digitales y valiéndose de las redes sociales, para encarnar los valores del Reino de Dios en la vida de nuestros niños, adolescentes, jóvenes, adultos y ancianos. Cuiden a sus catequistas, anímenlos, fórmenlos para que conduzcan con su sabiduría y ejemplo de vida a todos sus hermanos por el nunca terminado itinerario catequístico, desde la infancia hasta la edad adulta”.

Tras llamarlos a que “consoliden el servicio de Cáritas, tan propio de la vida de todo bautizado que se precie de tal. Al igual esmérense por darle esplendor y significancia a la liturgia eucarística y sacramental formando a los fieles en esta área de la vida cristiana, a fin de que su participación en ella sea consciente, activa y fructuosa”, y los animó a constituirse como "verdaderos liturgos de la comunidad, el equipo de liturgia parroquial para que se ocupe de formar a los hermanos en el aprecio de la liturgia, y prepare y anime las celebraciones”. 

Monseñor Urbanc los instó también a evangelizar en este tiempo marcado por algunas realidades, “que se están dando al margen de las enseñanzas divinas, más aún, en clara oposición y contraste con ellas, como son la ideología de género, el feminismo ateo, el constructivismo, el aborto, la anticoncepción, la eutanasia, el desprecio por la vida, los abusos de todo tipo, la violencia, la corrupción, el estractivismo, el relativismo, la trata de personas, las adicciones, el materialismo, el inmanentismo, el consumismo, el hedonismo, el narcicismo, el economicismo, el anticatolicismo y la arreligiosidad”.  

“San José y Nuestra Madre del Valle nos alcancen las gracias que precisamos para continuar nuestra marcha y superar los obstáculos de cada día”, pidió en el final.+