Notre Dame "es un lugar de culto", recordó el arzobispo de París
- 19 de junio, 2019
- París (Francia) (AICA)
"La piedra angular de la catedral de Notre Dame es Cristo mismo. Si tuviéramos que quitar esa piedra, esta catedral se derrumbaría. Sería una cáscara vacía, un caso sin joyas, un esqueleto sin vida, un cuerpo sin alma", explicó el arzobispo de París, monseñor Michel Aupetit, en la homilía de la primera misa celebrada en el templo después del trágico incendio el pasado 15 de junio.
La misa, celebrada en la víspera de la fiesta de la dedicación de la Catedral de Notre Dame, tuvo lugar en una capilla lateral preservada de las llamas y vistiendo cascos de protección, un grupo limitado de sacerdotes y laicos acompañó al arzobispo Aupetit, quien presidió la celebración y dedicó su predicación a recordar el carácter sagrado del templo, que supera su valor artístico y cultural.
"La Catedral nació de la fe de nuestros antepasados. Muestra confianza en la bondad de Cristo, en su amor que es más grande que el odio, en su vida más fuerte que la muerte, así como en la ternura de su madre, la Virgen María, a quien Él nos confió como su bien más preciado justo antes de morir en la cruz", comentó el arzobispo. "Esta Catedral nació de la esperanza cristiana que percibe mucho más allá de una vida personal pequeña y egocéntrica para entrar en un magnífico proyecto al servicio de todos, al proyectarse más allá de una sola generación".
El prelado recordó también que la construcción de la catedral es expresión de la caridad cristiana, al ser un lugar abierto a todas las personas, donde los pobres y los excluidos han podido obtener refugio. Por estos motivos, animó a no temer expresar la fe a la hora de considerar el valor que tiene el templo para los creyentes.
Notre Dame "es un lugar de culto, este es su único y apropiado fin", indicó Mons. Aupetit. "No hay turistas en Notre Dame, porque este término es a menudo peyorativo y no responde al misterio que impulsa a la humanidad a buscar algo más allá de sí mismo. Este bien cultural, esta riqueza espiritual, no puede reducirse a un bien patrimonial".
"¿Puede uno verdaderamente, por ignorancia o por ideología, separar cultura y culto?", cuestionó el arzobispo, quien declaró que "una cultura sin culto se convierte en una no-cultura". "Sólo hay que mirar la abismal ignorancia religiosa de nuestros contemporáneos debido a la exclusión de la noción divina del nombre mismo de Dios en la esfera pública, invocando una laicidad que excluye cualquier dimensión espiritual visible", denunció el prelado.
Monseñor Aupetit recordó que, si bien la catedral de París es una obra maestra del hombre y un fruto del ingenio humano, esto también procede de Dios, ya que "la persona humana es el fruto del genio divino. Es la obra maestra de Dios".
"Cuando los dos se unen en la persona de Jesucristo, verdadero Dios y verdadero Hombre, la Alianza entre lo trascendente y lo inmanente (el Cielo y la tierra) se cumple verdaderamente", explicó el prelado. "Es aquí y ahora, en esta Catedral, en cada una de las Eucaristías que celebramos, que se realiza este Pacto, cuando el Cuerpo de Cristo compartido por todos nos abre a la vida eterna. No podemos decir suficientemente lo felices que estamos de celebrar esta Misa para dar a Dios lo que es de Dios y al Hombre su vocación sublime". +