Mons. Rossi: "Recordar para discernir, agradecer, aprender, confiar y pedir"
- 3 de enero, 2023
- Córdoba (AICA)
El arzobispo de Córdoba, en la fiesta de la Maternidad Divina de María, propuso un balance acerca de 2022. También habló sobre Benedicto XVI, la pandemia y la guerra.
En el comienzo de su homilía por la fiesta de Santa María Madre de Dios, monseñor Ángel Rossi SJ, arzobispo de Córdoba, afirmó: “Es lindo comenzar el año con este desafío de bendecir y ser bendecido”. También se refirió a la necesidad de hacer un balance del año que concluyó, a la figura de Benedicto XVI, a la pandemia y a la guerra.
Así, el arquidiocesano aludió al pasaje del Evangelio de san Lucas en el que se lee: “María guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón”, y lo relacionó con el fin de 2022 y el comienzo del nuevo año, ya que “recordar es hacer pasar por el corazón todo lo vivido en el año que ya ha terminado, para descubrir lo que el Señor nos ha querido decir a lo largo y por medio de esos acontecimientos”, tanto los personales como los familiares y comunitarios, los nacionales como los mundiales, teniendo en cuenta también a las personas que hayan participado de ellos.
Y añadió: “Recordar para discernir. Y un modo de discernir es poder descubrir y ver los acontecimientos que nos dieron paz”, para agregar enseguida: “Por otro lado, también es recordar para agradecer”.
Y continuó expresando: “Recordar además para aprender. Al recordar, nos damos cuenta de que algunos atajos que hemos tomado no han sido los mejores, y por eso al recordar aprendemos cuál es el camino correcto para la próxima vez”, a lo que sumó: “Recordar también para confiar, para poner el año que comienza en manos de Dios. Y recordar para pedir, porque somos débiles y necesitamos pedir”.
Luego, monseñor Rossi se refirió al papa emérito Benedicto XVI: “En este hacer memoria agradecida, pongamos en las manos del Señor, con agradecimiento a esta figura, a este hombre de Dios que gobernó la Iglesia 8 años; que cuando uno recorre los hitos de su vida de Iglesia, encuentra que ha sido protagonista de momentos muy fuertes de la Iglesia, comenzando por el Concilio Vaticano II”.
Y precisó: “Pero yo creo, sin duda, que lo que quedará para siempre en el corazón nuestro es la admiración y el agradecimiento por ese gesto inmenso de humildad, de aceptación de sus propios límites, de amor a la Iglesia por encima del amor propio, de confianza en la Providencia, todo lo cual se expresó en la valentía de decidir dar un paso al costado”.
Seguidamente, el arzobispo de Córdoba subrayó: “Por otro lado, hoy es la Jornada Mundial de la Paz, y el Papa señala en su mensaje al respecto dos hechos muy fuertes: de uno estamos todavía saliendo, casi diríamos gateando, que es el Covid, esta pandemia que nos quitó la paz en muchos aspectos: interiormente, en la familia, por el dolor de las pérdidas, por no tener trabajo, por estar encerrados; en fin, tantas formas en que el Covid, ciertamente, nos desestabilizó”.
Acto seguido, se refirió a la guerra: “Y de pronto, un nuevo desastre se abatió sobre la humanidad: fuimos testigos del inicio de otro azote, una nueva guerra, en parte un hecho comparable al del Covid-19, pero impulsado por decisiones humanas, reprobables, por lo tanto mucho más triste”. Y continuó, citando al Papa: “Esta guerra, junto con los demás conflictos del planeta, representan una derrota para la humanidad en su conjunto”.
Y, siempre siguiendo las enseñanzas de Francisco, el prelado recalcó: “Juntos salimos, juntos nos ayudamos, juntos celebramos, juntos lloramos… La pandemia nos ha exigido, de alguna manera, este ‘juntos’”, para recordar también que, a pesar de todos los flagelos que se abatan sobre nosotros, “estamos llamados a permanecer con el corazón abierto a la esperanza, confiando en Dios que se hace presente”.+