Card. Rossi: el descanso como expresión de compasión por los demás
- 24 de julio, 2024
- Córdoba (AICA)
El arzobispo de Córdoba destacó la necesidad de sustraerse a la multitud, saber buscar espacios de soledad y encuentro con Dios, y volver con renovadas fuerzas "a un mayor servicio a nuestra gente".
El arzobispo de Córdoba, cardenal Ángel Rossi SJ, presidió la misa dominical en la parroquia Nuestra Señora del Carmen y del Sagrado Corazón, donde reflexionó sobre la figura del pastor.
En su homilía, comparó al buen pastor, que da la vida por las ovejas, con los malos pastores, que no se ocupan de ellas. En primer lugar, destacó "esta imagen llena de ternura, que combina por un lado la fuerza y la ternura del amor, que llega incluso a la locura de dar la vida por las ovejas", y aclaró que "pastores somos todos aquellos a los que Dios ha confiado el cuidado de otros (hijos, alumnos, fieles)".
Por otro lado, refirió que "en la primera lectura, el profeta habla de los malos pastores, de aquellos que no se han preocupado de las ovejas, de lo cual dice allí que tendrán o tendremos que rendir cuenta a Dios".
"El desafío es ocuparse de lo que antes había sido culpablemente desatendido", planteó, y describió algunas culpas específicas de los jefes, de los pastores: "Por un lado, el interés personal, la explotación de la grey, la ambición de poder, es decir, cuando en vez de pensar en el bien del rebaño, se piensa en el propio bien. Es la definición de corrupción".
También mencionó la culpa de los abusos, la defección en el peligro ("el mal pastor cuando hay peligro raja, no se queda, no acompaña al pueblo") y el juego online, "este lucrar a costa de la fragilidad de nuestra gente y, sobre todo, de poner en peligro la salud de los jóvenes y de los niños, lo cual es miserable".
Sin embargo, planteó que hay una culpa fundamental, que es descuidar a las personas: "A veces nos preocupamos de tantas cosas por el bien del rebaño, pero omitimos la principal, que es la atención a cada oveja. Este es un deber primario".
El descanso como expresión de compasión por los demás
"Para poder atender a cada oveja, hay que dejarse encontrar, este el desafío. Muchas veces damos de todo, pero no nos damos a nosotros mismos", consideró. Al respecto, destacó "el trabajo importante de perder tiempo, de descansar, porque hay un darse a la multitud propio del pastor, pero hay también un indispensable sustraerse a la multitud, saber buscar espacios de soledad".
En ese sentido, sostuvo que "el descanso es poder fortalecer el corazón, poder bajar los decibeles, poder suavizar nuestras chinches, para después poder estar enteros para con nuestra gente. Por lo tanto, el descanso es apostólico", afirmó.
"Hay un descanso sano, que es para un mayor servicio a nuestra gente", explicó, describiendo que "un pastor pacifica si busca la paz en el silencio, un pastor consuela si él se deja consolar, y, para dejarse consolar, hay que buscar esos espacios de silencio, saber encontrar un tiempo para Dios y solo para Él. Así encontramos las grandes motivaciones que nos impulsan a vivir a fondo las propias tareas".
Por lo tanto, "el descanso puede favorecer de modo especial el cultivo de la mirada profunda sobre la vida, que nos permite descubrir en ella sus aspectos esenciales".
"Lo hacemos bajo la mirada de Nuestra Señora del Carmen. Que ella nos cobije bajo su mirada y bajo el cuidado del escapulario, que es algo así como una soga, como un lazo que nos sostiene y nos saca muchas veces de los huecos y de los espacios donde hemos caído", concluyó.+