Mons. Mestre: "Jugamos el partido de María con su actitud de fidelidad a Dios"

El obispo de Mar del Plata presidió la misa de clausura de la 49° Marcha de la Esperanza, que congregó a miles de peregrinos que caminaron por diversos barrios y espacios de la ciudad.

Miles de peregrinos participaron el 8 de diciembre, fiesta de la Inmaculada Concepción de María, de la 49° edición de la Marcha de la Esperanza. Durante el recorrido, los caminantes visitaron diversos barrios y espacios de la ciudad y luego participaron de la misa de clausura celebrada en la catedral de los Santos Pedro y Cecilia por el obispo de Mar del Plata, monseñor Gabriel Antonio Mestre.

Acompañada por el lema “María, ruega por nosotros”, la marcha comenzó en la gruta Nuestra Señora de Lourdes y contó con la participación de jóvenes de diversos colegios de la diócesis y de varias comunidades parroquiales.

En la misa de clausura, el obispo marplatense agradeció y felicitó a los caminantes por su fervor y amor a la Virgen y aseguró que “María es la capitana del partido de la alegría de Dios”. También saludó a las personas que acompañaron la transmisión por las redes sociales y radios del obispado.

En la homilía, el prelado señaló: “Hoy estamos clausurando la Marcha de la Esperanza y lo hacemos en la fiesta de la Virgen junto a todos los peregrinos”, e invitó a los presentes a “jugar juntos tres partidos: el partido de Dios, el partido de María y el el partido de la alegría”.

En referencia al primer punto, el partido de Dios, señaló que “sabemos que con él tenemos la fuerza en nuestro corazón para continuar adelante con tantas cosas lindas y también con tantas dificultades que el horizonte de la vida nos plantea. Jugamos entonces en el primer puntito el partido de Dios, juntos como equipo”.

Con respecto al partido de María, el obispo marplatense manifestó “que hoy celebramos como la Inmaculada. Jugamos el partido de María con su actitud de fidelidad a Dios. La Virgen siempre intercede por nosotros, ella nos acompaña, ella es la madre del equipo para que juguemos el partido sinodal juntos, siendo fieles al amor de nuestra Madre y de Jesucristo”.

Seguidamente, sobre el partido de la alegría, subrayó que se relaciona con lo que el ángel Gabriel le dijo a María de parte de Dios, “alégrate”, y “todos somos invitados a compartir esta alegría que nos viene de Dios, al celebrar la fiesta de la Inmaculada y haber caminado juntos por las calles de nuestra ciudad, tocando nuestros barrios, el puerto, el centro y habiendo meditado y reflexionado sobre tantas realidades”. 

Finalmente, pidió que María “nos enseñe a jugar el partido de Dios y el partido de la alegría siempre y en toda circunstancia”.+