Mons. Mestre: "Dios habla a través de la realidad"
- 22 de marzo, 2022
- Mar del Plata (Buenos Aires) (AICA)
El obispo resumió en tres puntos el Evangelio y las lecturas de este domingo: la invitación a interpretar los signos en la realidad, la urgencia de conversión, y la paciencia de Dios.
En su homilía de este tercer domingo de Cuaresma, el obispo de Mar del Plata, monseñor Gabriel Antonio Mestre resumió en tres puntitos este camino hacia la Pascua.
Los signos de los tiempos
El obispo de Mar del Plata, comenzó diciendo “Dios nos habla a través de la realidad”. Aclaró que, tanto en el episodio de la Primera Lectura como en el Evangelio, se ve cómo “Dios se compromete con la historia”.
Por eso, exhortó: “Tenemos que aprender a leer la realidad de la vida en todas sus manifestaciones porque allí nos habla Dios”. Esto lo tradujo en “aprender a leer los signos de los tiempos”.
Con relación a esto, profundizó: “Todo lo que acontece en la historia, en nuestra historia acontece por algo y nos desafía a algo que debe ser leído como signo desde la presencia misteriosa de Dios”. Y reiteró: “Esta es la categoría cristiana para mirar la realidad y la historia”.
La urgencia de la conversión
El llamado a la conversión “es un tema bien fuerte del tiempo de cuaresma”, indicó monseñor Mestre.
En tanto, señaló que en la parábola es un tiempo cuantificado: un año, no es un tiempo indefinido. “Se nos invita a vivir con responsabilidad este tiempo especial de conversión que Dios nos ofrece. No podemos quedarnos con los brazos cruzados. Se impone la urgencia de la conversión del corazón”, advirtió. Por eso, detalló: “Urge de nuestra parte remover y abonar la tierra del corazón para una verdadera conversión”.
La paciencia de Dios
En este tercer punto, afirmó que con urgencia está presente también la paciencia de Dios. “La parábola de la higuera refleja esta tensión y la necesaria búsqueda de equilibrio entre la misericordia de Dios y la actitud de conversión por parte del ser humano”.
En ese sentido, agregó: “La paciencia de Dios queda representada en el dueño de la higuera que espera un año más y no la corta en ese momento. La misericordia de Dios es eterna, ilimitada, total y absolutamente gratuita. El límite lo ponemos las personas cuando aceptamos o no aceptamos este don, este regalo que el Señor nos hace”.
Para terminar, animó: “No debemos abusar de la paciencia de Dios sino disfrutar de ella y dejarla actuar en nuestra vida para dar frutos de verdadera conversión en esta cuaresma 2022 que juntos estamos transitando”.+