Mons. García Cuerva pidió escuchar las propuestas de Dios 'que nos ponen en acción'
- 8 de marzo, 2023
- Río Gallegos (Santa Cruz) (AICA)
El obispo de Río Gallegos dijo que "escuchar al Señor en este tiempo de Cuaresma, es escuchar que nos invita a la conversión, a ponernos en camino y en movimiento".
El obispo de Río Gallegos, monseñor Jorge Ignacio García Cuerva, celebró la Eucaristía en el segundo domingo de Cuaresma y, a la luz de las lecturas bíblicas, aseguró que, observando a Abraham, “nosotros también tenemos que sentir que somos invitados por el Señor a ponernos en camino, quizá con solamente la fe y con la promesa de Dios que no nos abandona, pero lo que sí nos quiere en movimiento”.
En esa sintonía, pidió que “no nos quedemos, no nos estanquemos”: “A veces sentimos solo ganas de estar quietos y no movernos. Cuántos que hay que quizá tienen el ánimo por el piso y se sienten deprimidos. No es de Dios esa voz que escuchás que te dice quédate en la cama, no salgas, ya no hay nada por hacer. La voz de Dios es la que te pone en movimiento y que te dice que también de vos quiere hacer una gran nación, que Dios te hace también a vos la promesa y por eso te pide que te pongas en camino”, continuó.
Asimismo, dijo que “escuchar al Señor en este tiempo de Cuaresma es escuchar que nos invita a la conversión, a ponernos en camino y en movimiento. Es tiempo también de detectar que quizá estamos escuchando voces que no son de Dios”.
“Las certezas que tenemos es que las propuestas de Dios son propuestas que nos ponen en acción. El camino al que invita Jesús a sus discípulos es un camino cuesta arriba, porque hay que subir al monte. En el camino de la vida, aunque se te haga cuesta arriba, sabé que Jesús te acompaña y que cumple sus promesas”, exclamó.
El prelado destacó además que, “en la experiencia de nuestra vida, en este camino, en esta vida en movimiento que a veces se hace cuesta arriba, estoy seguro que podemos hacer memoria agradecida por esos pedacitos de cielo que cada uno de nosotros alguna vez vivió”.
Finalmente, animó a escuchar al Señor en su Palabra, “dándole un poquito de tiempo a la oración, pudiendo leer el Evangelio de cada día, meditarlo un poquito y sentir que Jesús me habla. Y si es voz del Señor es que me invita a la acción, al movimiento y al encuentro con los demás, no a la pereza”.+