Mons. García Cuerva: 'No solamente pensar en cómo recibimos sino en cómo ayudamos'
- 5 de julio, 2023
- Río Gallegos (Santa Cruz) (AICA)
El administrador diocesano de Río Gallegos animó a "saber hospedar, a saber recibir, a saber ser hospital de campaña" y a no caer en la tentación de "quedarnos mirándonos el ombligo".
El administrador diocesano de Río Gallegos y arzobispo electo de Buenos Aires, monseñor Jorge García Cuerva, compartió su reflexión por el 13º domingo del tiempo ordinario.
El prelado recordó, a la luz de la narración bíblica, cuando el profeta Eliseo es recibido por una mujer pudiente en un pueblo llamado Sunám, la cual le insiste para que se quede a comer. Seguramente, dijo, “Eliseo habrá tenido vergüenza como tanta vergüenza a veces tienen muchos hermanos que se acercan a la Iglesia, se quedan detrás, no se animan a adentrarse, hacen alguna pregunta con timidez sobre un bautismo, se acercan a la Iglesia y quizás justo entran en el momento que comenzó la celebración de la misa y entonces miran desde atrás”.
“Puede ser que la misma timidez o vergüenza haya tenido Eliseo, y por eso esta mujer insiste; y yo creo que aquí tenemos la primera actitud que podemos tomar de ella a la hora de recibir a tantos hermanos heridos de la vida, a tantos hermanos en este hospital de campaña que queremos ser como Iglesia: el insistir, el saber que quizá en el hermano hay mucha vergüenza y mucha timidez y entonces te insisto para que te quedes: esta es tu casa, hermano, esta es tu casa, no te vayas, no te sientas menos que nadie, bienvenido”, continuó.
Luego, dijo, “como segunda actitud para aprender de esta mujer pudiente, como nos dice la lectura: trato agradable, trato cordial, buen trato; buen trato que hizo que Eliseo se sintiese cómodo y entonces ya cada vez que pasaba comía allí”.
“El buen trato a veces es: ‘Hola, buen día, buenas tardes’. El buen trato es una sonrisa; el buen trato es no tener a veces un vocabulario difícil que la gente se va sin entender nada sobre cuáles son los requisitos que le pusimos para recibir un sacramento; el buen trato es no mostrarles horarios que no están cumpliendo cuando se acercan a la secretaría, quizá a destiempo, el buen trato es decirle: siéntese, espéreme un poquito ya vamos a conversar”, aseguró.
El prelado señaló que “no solamente tenemos que ser Iglesia hospitalaria, cada uno de nosotros como catequistas, como sacerdotes, como diáconos, como secretarias parroquiales, sino que también tenemos que ser hospitalarios y ser buenos hospederos como comunidad, porque el desafío es ser una Iglesia hospital de campaña; no solamente personas que sean hospital de campaña”.
Además, señaló: “No solamente pensar en cómo recibimos sino en cómo ayudamos. La mujer le está presentando algunas propuestas muy dignas a Eliseo; por un lado, que tenga una cama y una habitación donde dormir, y me animo a ligar eso a una de las tantas problemáticas de nuestra Argentina, que es la vivienda digna”.
“La mujer piensa una vivienda digna para Eliseo, y ese proyecto es un proyecto también de Cáritas diocesana y de Cáritas Nacional; pensar en planes de vivienda para las familias más necesitadas, pensar en planes de vivienda no es una cuestión solamente del Gobierno, también nos tiene que involucrar a nosotros como Iglesia”, exclamó.
Y añadió: “Hoy la mujer nos enseña un poquito eso y dice que también le pone una mesa, una silla y una lámpara; y yo, con eso de la mesa, la silla y la lámpara, me animo a decir que Eliseo se habrá puesto a leer; ¿por qué no pensar que Eliseo se ha puesto a estudiar? Y, si fue así, entonces también volver a insistir que es una misión de la Iglesia el poder lograr, para nuestros hermanos más pobres y excluidos, una educación de calidad, porque sólo la educación nos saca del núcleo más duro de la pobreza, sólo somos protagonistas de nuestra propia vida y dejamos de ser habitantes para ser verdaderamente ciudadanos, con derechos y deberes, con una educación de calidad”.
Finalmente, monseñor García Cuerva aseguró: “Nosotros también a veces tenemos la tentación de quedarnos mirándonos el ombligo, cada uno de nosotros tiene un montón de problemas, y no tenemos que esperar a resolverlos para dar una mano al otro, no tenemos que esperar ser parroquias casi perfectas para transformarnos en un hospital de campaña; al contrario, es un ida y vuelta, la vida va y viene y, entonces, será Eliseo también el hombre hospedado, él, que terminará dándole a la mujer una hermosa y linda noticia; al año siguiente será madre”.+