Jueves 14 de noviembre de 2024

Los obispos de Quilmes llevaron las intenciones de la diócesis a la Virgen de Luján

  • 15 de septiembre, 2020
  • Quilmes (Buenos Aires) (AICA)
El obispo de Quilmes, monseñor Carlos José Tissera, y su obispo auxiliar, monseñor Marcelo Margni, llevaron las intenciones de la Iglesia diocesana a los pies de la Virgen de Luján.
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El obispo de Quilmes, monseñor Carlos José Tissera, y su obispo auxiliar, monseñor Marcelo Margni, llegaron el domingo 13 de septiembre a la basílica y santuario nacional de Nuestra Señora de Luján, para poner a los pies de la Virgen las intenciones del pueblo quilmeño.

Acompañó a los obispos el vicario de Evangelización, presbítero Lucio Carvalho Rodrigues, quien quiso representar especialmente a “las familias que viven el duelo por la muerte de sus seres queridos” y acercar a la Virgen “la súplica de todas las familias por sus enfermos”. También las intenciones de “nuestros sacerdotes, consagradas y consagrados enfermos; la salud de nuestros mayores y ancianos, y el pedido por los que agonizan en estos días”.

Esta celebración de la Eucaristía formó parte de la 42° Peregrinación de la diócesis a Luján, en la que la comunidad diocesana pudo participar de manera virtual a través de los canales de Facebook y YouTube de la diócesis. A causa de la pandemia, no se pudo realizar el tradicional encuentro presencial en la Plaza Belgrano frente al Santuario de Nuestra Señora de Luján.

En su homilía, monseñor Tissera recordó las palabras del papa Francisco para hablar de las respuestas que serán necesarias contra el coronavirus: “Por un lado, es indispensable encontrar la cura para un virus pequeño pero terrible, que pone de rodillas a todo el mundo. Por el otro, tenemos que curar un gran virus, el de la injusticia social, de la desigualdad de oportunidades, de la marginación y de la falta de protección de los más débiles. En esta doble respuesta de sanación hay una elección que, según el Evangelio, no puede faltar: es la opción preferencial por los pobres” y subrayó que “la pandemia es la oportunidad para mirarnos a los ojos, y hacer que brote, desde lo hondo del corazón, la compasión”.

El obispo de Quilmes aprovechó la ocasión para agradecer “a tantas servidoras y servidores de la esperanza. Mujeres y hombres que se han puesto al hombro la Patria: los servidores de la salud que de modo heroico están dando su vida en los centros de asistencia sanitaria; a las servidoras y servidores de los centros de asistencia alimentaria, comedores, merenderos, ollas populares, que dedican horas y horas, muchas veces a la intemperie, para que no falte el pan a los pobres. A los que cuidan y protegen la vida y los bienes de todos en el servicio de la seguridad. A todas las trabajadoras y a los trabajadores, empresarios y pequeños productores que sostienen la vida económica del país. Todos arriesgando su salud para sostener la vida cotidiana de los argentinos, y protegiendo a los más frágiles y débiles: la gente mayor, los niños, los enfermos o en situación de riesgo. A todos los jóvenes que se ofrecen como voluntarios para ayudar en las organizaciones que brindan cuidado a los miembros más frágiles del tejido social”. Y pidió por los gobernantes “para que tengan pasión por el bien común”.

El prelado recordó también que este fin de semana se realizó en todo el país la colecta “Más por menos” y expresó: “La caridad tiene una función liberadora que estamos llamados a asumir, responsabilizándonos de las implicaciones sociales y políticas que esto conlleva“.

Por la tarde, a través del Facebook de la diócesis, distintas familias animaron el rezo del rosario característico de estas peregrinaciones.+