Los obispos de Guatemala heridos por "la desigualdad, la mala gestión y la corrupción"
- 15 de febrero, 2022
- Ciudad de Guatemala (AICA)
"Trabajemos por el bien común", exhortaron los prelados en su mensaje al término de la Asamblea plenaria.
La Conferencia Episcopal de Guatemala publicó un mensaje al término de la Asamblea Plenaria Anual, celebrada del 7 al 11 de febrero, en la que los obispos reflexionaron sobre la realidad del país y la misión de la Iglesia.
“Queremos, en nombre de Jesús, retomar el llamado a trabajar por el bien común, anunciar a Dios presente y actuante entre nosotros, denunciar la falta de compromiso y la indiferencia. La construcción del bien común parece cada vez más inalcanzable frente a las demandas naturales de tantas personas de nuestra sociedad que viven empobrecidas y excluidas”, manifestan los obispos al comienzo de su mensaje.
Viendo las necesidades de las comunidades, los obispos se solidarizan con los que más han sufrido las consecuencias de la pandemia y de los demás males que les aquejan.
“Nos hiere la desigualdad, el manejo deficiente de los recursos y la rampante corrupción”; dicen, y señalan que “en la mayoría de nuestro pueblo es evidente el deseo de superar los obstáculos”, a pesar de que muchos están postrados por la miseria y la falta total de oportunidades, y que muchos luchan, encontrando inspiración en la fe.
“En nuestro pueblo hay una reserva humana esperanzadora muy importante”, escriben, “que afirma su dignidad y busca salir adelante. Alentamos a los principales responsables del bien común y a todos a seguir haciendo lo que puedan para construir una Guatemala mejor”.
Recordando las palabras del papa Francisco sobre los principios inspiradores de la política, los obispos insisten en la necesidad de “trabajar incansablemente por una arquitectura legal y una administración de justicia que responda a las necesidades de la población y al respeto de los derechos humanos para todos”.
Instando también a la elección de los magistrados del Tribunal Supremo de Justicia, que deberían haber sido sustituidos hace dos años, continúan: “Es necesario construir la paz a través de un diálogo sincero y fructífero en nuestro país, que retome los Acuerdos de Paz, uno de los mejores frutos del pasado reciente, que aún está pendiente de su total aplicación”.
La pandemia agravó los problemas del pasado en el ámbito de la salud, la desnutrición infantil, la falta de desarrollo en las zonas rurales, el desempleo, la emigración y la inmigración. Según las estimaciones de la ONU, la salud, el trabajo, la vivienda y el bienestar humano básico están en un nivel muy bajo para la mayoría de la población, señala el mensaje. También debe prestarse especial atención a los niños y jóvenes, que constituyen el mayor porcentaje de la población guatemalteca.
“Como pastores que caminamos en esta etapa sinodal con tantos hombres y mujeres laicos, queremos escuchar y aprender unos de otros. Por ello, los exhortamos a poner en común sus recursos, medios y esfuerzos para cumplir nuestra misión evangelizadora”, prosiguen los obispos, recordando los estrechos vínculos entre la evangelización y la promoción humana puestos de manifiesto por San Pablo VI.
“En estos momentos decisivos de la historia de Guatemala”, exhortan, “estamos llamados como creyentes a cumplir las enseñanzas de Jesús, Él nos mostró que la opción por los pobres es el corazón del discipulado, y que nuestras obras de caridad deben manifestarse también en la dimensión política, que privilegia el bien común por encima de cualquier otro interés particular”.
El mensaje cierra implorando la protección e intercesión de nuestra Madre María, invocada bajo la advocación de Virgen de Lourdes, recordando a los enfermos y al personal sanitario que los atiende, e invitando de nuevo a toda la población a vacunarse porque es uno de los medios más eficaces para evitar muertes y daños graves. “Confiemos en la providencia de Dios que nunca nos abandona”, concluyen los obispos guatemaltecos.+