La Vigilia Ecuménica de Oración reunirá en Roma a miles de jóvenes europeos
- 24 de enero, 2023
- Ciudad del Vaticano (AICA)
Jóvenes de 18 a 35 años están invitados a Roma, del 29 de septiembre al 1 de octubre, para participar de la iniciativa "Juntos" en el marco de la vigilia ecuménica de oración.
El cardenal Claude Hollerich SJ, relator general de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos y el hermano Alois, prior de la Comunidad de Taizé, entre otros, presentaron en rueda de prensa la vigilia de oración ecuménica convocada por el papa Francisco para el próximo 30 de septiembre y la iniciativa "Juntos - Encuentro del Pueblo de Dios". Abierto a todos, especialmente a los jóvenes, que tendrá lugar en la Plaza de San Pedro en presencia del papa Francisco y representantes de varias Iglesias que empezará el 29 de septiembre y acabará el 1 de octubre.
La Comunidad de Taizé, junto con la diócesis de Roma, la Secretaría General del Sínodo, el Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos y el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, así como una cincuentena de asociaciones eclesiales y ecuménicas, van a preparar este encuentro para que los jóvenes europeos, puedan compartir sus experiencias y vivencias de la durante todo el fin de semana.
Participaron también de la presentación, que tuvo lugar en la Sala de Prensa de la Santa Sede el lunes 23 de enero, el arzobispo Ian Ernest, representante personal del arzobispo de Canterbury ante la Santa Sede y su eminencia Khajag Barsamian, representante de la Iglesia Apostólica de Armenia ante la Santa Sede y el pastor Christian Krieger, presidente de la Conferencia de Iglesias Europeas y de la Federación Protestante Francesa.
Un concepto clave que reiterado varias veces, durante la rueda de prensa fue el de “rezar juntos”. La hospitalidad será a cargo de las parroquias y comunidades de Roma que tendrán que prepararse para acoger a los jóvenes que llegarán. Tras la vigilia, los obispos y los participantes en el Sínodo realizarán un retiro de tres días, dirigido por el teólogo Timothy Radcliffe.
La intuición nació del prior de la Comunidad de Taizé, el hermano Alois, quien propuso este momento de oración al Papa durante la apertura del Sínodo: “Incluso cuando las cuestiones teológicas siguen sin resolverse -dijo Alois- estamos unidos y esto debe manifestarse: así descubrimos que podemos convertirnos en artífices de la paz”.
El Papa se mostró entusiasmado al respecto, dijo el prior de Taizé y “evidentemente el momento era propicio para esta idea”. Alois subrayó la importancia de volver a centrarnos en el don del Bautismo que nos une: "En un clima de polarización social -dijo-, queremos poner en el centro la oración en Cristo, que es nuestra unidad. Lo que le toca de cerca, señaló el prior, son los numerosos jóvenes en busca de un camino espiritual, que aún están desorientados: es a ellos a quienes debemos mirar, no sólo a los que ya están vinculados a una fe”.
El hermano Alois subrayó dos prioridades a tener en cuenta: crisis ecológica y clamor de los pobres. Ian Ernst, representante personal del arzobispo de Canterbury ante la Santa Sede y director del Centro Anglicano de Roma subrayó de la importancia de “ser portadores de las profundas necesidades del pueblo de Dios, escuchar la voz de quienes normalmente no son escuchados. El Sínodo debe promover la inclusión y no pensar sólo en las estructuras, sino poner en el centro las propias relaciones", deseó Ian Ernst.
En la misma línea se expresó el pastor Christian Krieger: "El Sínodo tiene un carácter performativo porque es capaz de transformarnos", y animó a las Iglesias reformadas italianas a participar en el encuentro. Entre los oradores se encontraba también Khajag Barsamian, representante de la Iglesia Apostólica Armenia ante la Santa Sede, para quien será fundamental que todos pidan y mantengan un espíritu de humildad y sinceridad: "Porque la humildad no es una forma de debilidad y la unidad se realiza precisamente cuando no hay nadie más alto que el otro".
“Las divisiones en la Iglesia son normales”
“No me sorprende ni me preocupa: el hecho de que haya opiniones diferentes en la Iglesia es normal”, dijo el cardenal Jean Claude-Hollerich, al responder a las preguntas de los periodistas durante la conferencia de prensa.
“Vivimos un tiempo de cambio, un cambio de época, como lo define el papa Francisco, comparable al año cero de la civilización”, explicó el cardenal: “Debemos ver juntos cómo anunciar a Cristo en este mundo nuevo que está surgiendo. Las divisiones son bastante normales".
"El Sínodo no es una cuestión de defensa -especificó el cardenal Hollerich- sino de reunir a las personas, de escucharse unos a otros para discernir lo que Dios quiere de las personas".
“No estoy preocupado”, reiteró el cardenal refiriéndose al proceso sinodal: “Los resúmenes de las Conferencias Episcopales no son tan diferentes: hay una gran unidad en la fe expresada, confío en que podemos llevar adelante este acontecimiento juntos. La Iglesia católica no puede seguir adelante sin mirar a los demás hermanos y hermanas de las demás denominaciones cristianas: debemos avanzar juntos, caminar humildemente hacia el Señor, confiados en Dios y en el Espíritu Santo”.
“El Sínodo no es una cuestión de política eclesial”, precisó el relator del Sínodo: “Es una cuestión de oración, del Espíritu Santo y del pueblo de Dios caminando humildemente juntos. No necesitamos malas tensiones que dividan a la Iglesia, sino buenas tensiones en el camino hacia la unidad. Debemos tener una actitud humilde: y con esta humildad mirar a las demás comunidades cristianas. No es un ejercicio que se pueda hacer en abstracto: es una experiencia de todos los que participan en el Sínodo, sabiendo que podemos aprender unos de otros a través del diálogo”.
Y agregó: “Identidad en el diálogo, lo que no significa negar las diferencias, sino que a partir del mutuo entendimiento nos une, en nombre del bautismo común”. en la conciencia de que podemos aprender unos de otros, a través del diálogo. Identidad en el diálogo: lo que no significa negar las diferencias, sino que a partir del mutuo entendimiento nos une, en nombre del bautismo común”. En la conciencia de que podemos aprender unos de otros, a través del diálogo. Identidad en el diálogo: lo que no significa negar las diferencias, sino que a partir del mutuo entendimiento nos une, en nombre del bautismo común”.+