La Semana Santa en Guatemala, Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad
- 7 de diciembre, 2022
- Ciudad de Guatemala (AICA)
Se la considera una fiesta cultural y religiosa, que se desarrolla en los 22 departamentos del país centroamericano desde hace 5 siglos.
La Semana Santa de Guatemala, una manifestación cultural en la que se decora el pavimento de las calles con flores y coloridas alfombras, en una sinergia entre la fe católica y los pueblos prehispánicos, fue incluida en la lista del patrimonio inmaterial de la humanidad por la Unesco.
Así lo decidió el Comité del Patrimonio Inmaterial de la Unesco, reunido en Rabat, que también incluyó en la lista las fiestas asociadas al viaje de la Sagrada Familia a Egipto y las fiestas del 15 de agosto en las comunidades montañosas de Vlasti y Syrrako (en el norte de Grecia) en honor a la Virgen.
Según explicó, durante el debate de la candidatura, el viceministro guatemalteco de Patrimonio Cultural, Mario Roberto Maldonado, la Semana Santa se celebra en los 22 departamentos del país y de ella participan todos los sectores de la sociedad y el 50 % de la ciudadanía, lo que “fortalece el sentido de pertenencia y el orgullo a nivel local y nacional”.
La conmemoración de la Semana Santa, según el expediente de la candidatura, constituye la manifestación más representativa de la religiosidad guatemalteca.
La tradición permite que la ciudadanía del país centroamericano “se apropie del espacio público y de los monumentales templos religiosos localizados en el centro de la ciudad, para poner de manifiesto su religiosidad, llevando a hombros más de 55 majestuosos cortejos procesionales”, se dice en la postulación de la candidatura.
Los actos más importantes de la Semana Santa guatemalteca son las procesiones; las veladas; la confección de alfombras y altares de flores y frutas; la composición e interpretación de marchas fúnebres; y la preparación de especialidades culinarias.
Estas manifestaciones ocupan los espacios públicos de cada comunidad y crean, con los adornos florales y otros elementos -como el incienso-, una atmósfera visual y olfativa propia del ritual de la Semana Santa en el país.
La decoración de las fachadas completa este ambiente. “Feligreses, vecinos, ciudadanos, turistas, artesanos, músicos, funcionarios municipales y espectadores participan tanto en los preparativos como en las propias celebraciones. Esto es lo que le da a esta celebración su carácter universal y su coherencia”, asegura la candidatura guatemalteca.
Los orígenes de esta celebración se remontan al siglo XVI, y su epicentro era la ciudad de Santiago de Guatemala -hoy Antigua Guatemala-, donde la fe cristiana se entrelazaba con las costumbres prehispánicas para dar lugar a nuevas expresiones de arte religioso, de música y de gastronomía.+