Dramático testimonio de un sacerdote en Haití
- 13 de junio, 2024
- Puerto Príncipe (Haití) (AICA)
"La situación que se vive no se puede describir con palabras", compartió el padre Víctor Auguste SDB, misionero salesiano en Puerto Príncipe. "El estado de anarquía es casi total", describió.
"La vida en Haití, particularmente en el área metropolitana de Puerto Príncipe, no se puede describir con palabras. Estamos en un estado de anarquía casi total. En general, la gente no puede ocuparse de sus asuntos y las principales carreteras están cerradas", es el dramático testimonio del padre Victor Auguste, misionero salesian Sdb, en Haití.
El sacerdote relató que "la violencia de las pandillas provoca importantes desplazamientos de personas, principalmente mujeres y niños", pero que, a pesar de la gran precariedad y las dificultades, los misioneros salesianos, junto con muchos otros, siguen al lado del pueblo haitiano.
El ecónomo de la Visitaduría "Beato Felipe Rinaldi" de Haití continúa enumerando "los riesgos enormes" que enfrentan cada día: "Cuando se escucha que atacaron a tal o cual institución pienso en cuándo será nuestro turno. Hace unas semanas, secuestraron a unas religiosas, entraron en su casa y se las llevaron. Aparecieron al cabo de los días. Y lo mismo pasa con la población civil. Desaparecen y piden dinero por ellos".
"Vivimos en el corazón de los acontecimientos y, como nuestros hermanos y hermanas, nos enfrentamos a las mismas dificultades", expresó el sacerdote, tal como informa la Agencia de Noticias Salesianas (ANS).
El padre Auguste subraya en su testimonio que "la opción de salir del país no la contemplamos, porque estamos entregados al servicio de los más pobres y abandonados. Irnos significaría abandonar nuestra misión en favor de los más necesitados en estos difíciles momentos. Es cierto que ahora todos somos vulnerables, pero es nuestra opción de vida. Estar al lado de las personas, vivir lo que están viviendo, es ya un gran signo de esperanza, mientras esperamos organizarnos para ayudarles en sus necesidades más urgentes".
"Nos enfrentamos a la inseguridad, a los desplazamientos forzosos y a la hambruna. Hay que resolver urgentemente los problemas de alimentación, de equipos sanitarios y agua potable".
El sacerdote confiesa que "es un tema muy difícil velar por la supervivencia económica", ya que el poco de dinero con el que contaban eran las inscripciones de los alumnos y ahora la gran parte de las escuelas en Puerto Príncipe no pueden abrir.
"Como ecónomo -comentó- lo que pido a las comunidades es un racionamiento drástico, porque de verdad no sabemos lo que ocurrirá mañana. Lo que se nota es que las bandas quieren controlar todo el país. La mayoría de los recursos financieros de que disponemos vienen de fuera. Es muy difícil recibir ayuda, especialmente en el área metropolitana, porque el puerto y el aeropuerto internacional están cerrados. Pero algo se puede hacer en el resto del país, especialmente en el norte, donde se pueden comprar productos y hacer distribución a las personas más cercanas, como alumnos, sus familias, los colaboradores."
El padre Victor concluye instando a toda la comunidad internacional a participar en las iniciativas para ayudar al pueblo haitiano a salir de la grave situación en la que se encuentra: "Haití lleva años viviendo una grave crisis política, económica, social, y así es difícil movilizar una ayuda real y práctica que pueda hacer frente a las bandas criminales. También queremos dar las gracias a aquellos que nos ayudan y por el interés por conocer esta crisis, que vivimos en silencio y ante la indiferencia de la comunidad internacional", concluye.+