Viernes 15 de noviembre de 2024

Bartolomé I: "La reconversión de Santa Sofía en mezquita sembrará discordia entre cristianos y musulmanes

  • 1 de julio, 2020
  • Estambul (Turquía) (AICA)
El patriarca de Constantinopla Bartolomé I advirtió que la posible conversión de la basílica de Santa Sofía en mezquita traerá discordia entre cristianos y musulmanes.
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La posible conversión del complejo monumental de Santa Sofía (Ayasofya) en Estambul en una mezquita “empujará a millones de cristianos de todo el mundo contra el islam”, advirtió Bartolomé I, patriarca Ecuménico de Constantinopla, ante el inminente pronunciamiento del Consejo de Estado turco, que en una sesión programada para el jueves 2 de julio considerará abrir nuevamente al culto islámico Santa Sofía, revirtiendo la decisión con la que en 1934 el gobierno turco había convertido en un simple museo la antigua basílica bizantina transformada en mezquita después de la conquista otomana de Constantinopla (1453). 

Estas palabras de gran impacto del patriarca fueron pronunciadas en la homilía del "Primus inter pares" de la ortodoxia durante la liturgia divina celebrada el martes 30 de junio en la iglesia ortodoxa dedicada a los Santos Apóstoles, en el distrito de Feriköy, en Estambul, informó la agencia vaticana Fides. 

“Santa Sofía, en virtud de su carácter sagrado –remarcó el patriarca -, es un centro de vida “en el que Oriente y Occidente se abrazan”, y su eventual conversión en lugar de culto islámico “causará una ruptura entre estos dos mundos. 

En el siglo XXI –continuó-, es absurdo y dañino que Santa Sofía (Hagia Sophia),  que ahora permite que los dos pueblos se encuentren y admiren su grandeza, pueda volver a ser motivo de confrontación y división”. 

En su homilía, Bartolomé repitió con gran énfasis que la monumental basílica bizantina “pertenece no solo a quienes lo poseen en este momento, sino a toda la humanidad”, y “el pueblo turco tiene una gran responsabilidad y el honor de hacer brillar la universalidad de este maravilloso monumento”, dado que “Santa Sofía como museo es el lugar simbólico de encuentro, diálogo, solidaridad y entendimiento mutuo entre el cristianismo y el islam”.

A principios de junio, los medios de comunicación turcos han informado de algunos rumores según los cuales el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha dado instrucciones para comenzar el proceso legal destinado a cambiar el estado del complejo monumental “Ayasofya”, para celebrar nuevamente los rituales religiosos islámicos en ese lugar sin cerrarlo al flujo de visitas turísticas.

La decisión del Consejo de Estado, que se espera que tenga lugar el jueves 2 de julio, representará una respuesta institucional de fuerte impacto, que permitirá evaluar la posibilidad de conseguir que funcione la presión ejercida por algunos líderes de la política turca. 


Santa Sofía
La monumental basílica bizantina de Santa Sofía fue el principal templo del Imperio Romano de Oriente, hasta que Constantinopla cayó en manos del sultán Mehmed II en 1453 y la ciudad pasó a ser llamada Estambul, capital desde entonces del Imperio Otomano. 

En estos cinco siglos, la que fuera la iglesia más grande de todo el mundo (datada del siglo VI, fue durante un milenio el templo cristiano de referencia en todo Oriente), fue una mezquita. Algo que se mantuvo hasta la caída del Imperio Otomano y la implantación de la República Turca, cuando, bajo la presidencia de Kemal Atatürk (1923-1938), quien sentó las bases del triunfo de la Revolución de los Jóvenes Turcos en 1908, se apostó por un modelo político “democrático, moderno y laico”. Fruto de ese proceso de “desislamización”, el gran hito simbólico consistió en la conversión de Santa Sofía en un museo, algo que fructificó en 1934.

Ahora, bajo el mandato de Erdogan, el recuerdo del Imperio Otomano y la reclamación de las esencias islámicas están más presentes que nunca, lo que ha provocado numerosos enfrentamientos con grupos opositores que denuncian que está desnaturalizando la República democrática. De consumarse este proyecto del mandatario, con Santa Sofía de nuevo una mezquita, la tensión política sería ya máxima. +