El arzobispo de Mendoza sugirió acercarse "cada día a Cristo, leer la Palabra y encontrar en Él; ese alimento no perecedero, esas palabras de vida eterna".
El obispo de San Isidro propuso dejarse "atravesar por la luz del amor de Dios", para quitar del interior corazón "todo lo que hay de mentira, de falsedad, de poco noble, de poco verdadero".
A partir de esa cita de Tertuliano, el arzobispo de San Juan advirtió que, "en este tiempo, sigue habiendo hombres y mujeres que son perseguidos y asesinados por odio a la fe".
Fue bajo el lema "Señor, enséñanos a rezar". El arzobispo de Mercedes-Luján contó que los retirandos "tomaron distintos aspectos de la oración y la vida".