Jueves 14 de noviembre de 2024

Puerto Rico: Elenita de Jesús no debe ser identificada con la Virgen María

  • 3 de agosto, 2024
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
El prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe publicó una aclaración definitiva sobre los supuestos hechos sobrenaturales vinculados al santuario de la Montaña Santa, ubicada en esa isla.
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El prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, cardenal Victor Manuel Fernández, emitió una aclaración definitiva sobre los supuestos hechos sobrenaturales relacionados con el santuario de la Santa Montaña en Puerto Rico. Ante los intentos de atribuir a Elenita de Jesús la identidad de Jesús o de la Virgen, la sentencia es constat de non supernaturalitate.

"No se puede negar que la figura de Elenita de Jesús es de gran valor para la Iglesia en Puerto Rico y debe ser considerada como un estímulo a la entrega total al Reino de Dios", se lee en el documento.

Sin embargo, "quien la ama" debe mirarla "como una motivación para entregarse sólo a Dios y evitar dirigir hacia ella los gestos de devoción que corresponden a la Madre de Jesucristo. Es mejor no dañar este tesoro, desvirtuando su significado original", se agrega.

El cardenal argentino hizo esa aclaración en una carta fechada el 1º de agosto, aprobada por el Papa Francisco y enviada a monseñor Eusebio Ramos Morales, obispo de Caguas, Puerto Rico.

La carta trata sobre supuestos acontecimientos sobrenaturales relacionados con el santuario de la Santa Montaña, en el sureste de la isla, y concernientes a Elenita de Jesús, una catequista misionera que vivió a finales del siglo XIX y principios del XX.

No es Jesús ni la Virgen María
"Habiendo leído con gran atención la documentación" enviada por monseñor Ramos, "que recoge diversos estudios realizados por personas con diferentes puntos de vista" y considerando su "opinión ponderada" como obispo, el cardenal Fernández consideró necesario, para el cuidado de la fe de los fieles católicos, escribir "una aclaración definitiva".

En la carta, el cardenal prefecto afirmó que "cualquier identificación de Elenita con Nuestro Señor Jesucristo, único Redentor, o con la Virgen María, primera cooperadora de la obra de su Hijo, debe ser totalmente evitada. Ante cualquier intento de atribuir a Elenita de Jesús la identidad del Señor o de María Santísima, el juicio no puede ser otro que "constat de non supernaturalitate. Elenita de Jesús no es la Virgen María".

Por tanto, el obispo de Caguas queda autorizado "a emitir el decreto correspondiente con las disposiciones que estime necesarias" (cf. Dicasterio para la Doctrina de la Fe, Normas para Proceder en el discernimiento de presuntos fenómenos sobrenaturales, 17 de mayo de 2024, Art. 21 §1).

"Esto se aplica también", añadió el cardenal Fernández, "respecto a las apariciones o a la sangre no auténticas, que no deben ser veneradas".

Según el artículo 21 §1 de las nuevas normas sobre el discernimiento de presuntos fenómenos sobrenaturales, "recibida la respuesta del Dicasterio, a no ser que se disponga otra cosa, el obispo diocesano, de acuerdo con el Dicasterio, dará a conocer claramente al Pueblo de Dios el juicio sobre los acontecimientos en cuestión".

En este caso, la decisión final es una "Declaratio de non supernaturalitate", lo que significa que "el obispo diocesano está autorizado por la Congregación a declarar que el fenómeno es reconocido como no sobrenatural".

Elenita vivió en la caridad y en el anuncio del Evangelio
Hecha esta aclaración, el prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe definió a Elenita de Jesús como una mujer "que vivió bajo el influjo del Espíritu Santo, en la caridad y en el anuncio del Evangelio, inspirada por un profundo amor a nuestra Madre Celestial, la Virgen María".

Dijo que ella era una catequista que sirvió a la Iglesia "en un momento decisivo de la historia, cuando la fe católica estaba seriamente amenazada", identificándose "con su pueblo sufriente".

El cardenal Fernández citó luego las palabras de monseñor Ramos, según quien Elenita caminó entre un pueblo muy pobre, "como discípula de Jesús y bajo el manto de la Virgen María", asumiendo "el hambre y las necesidades de la gente humilde", así como sus "ansiedades de fe y de esperanza".

La gente la llamaba "madre" por las hermosas cualidades que veían en ella: sencillez, virtudes cristianas, austeridad de vida, espiritualidad, capacidad catequética, señaló el cardenal.

Evitar expresiones que generen confusión
"Elenita -subrayó el cardenal Fernández- tenía una fuerte devoción a la Virgen María. Se dice que llevaba consigo una imagen de la Virgen, que mandó traer desde España una imagen de la Virgen, que hizo construir varias capillas marianas y que promovió la devoción a la Virgen del Carmen".

"Es cierto -añadió- que en su vida encontramos signos de su gran unión con Jesucristo sufriente, y que muchos de sus gestos reflejaban el cariño de María, la Madre del Cielo. Diversos testimonios dicen que se parecía a la Virgen y algunos, en un exceso de admiración, cometían el error de afirmar que era la Virgen. Ciertas expresiones que quizá ella misma utilizaba podían resultar confusas, pero, en aquellos tiempos, cuando los catequistas misioneros de estos lugares se sentían muy identificados con algún santo, utilizaban palabras que en realidad significaban "pertenezco a", "me identifico con". Hoy no hablamos de ese modo, porque puede causar confusión. Por eso, cualquier expresión de aprecio hacia Elenita debe evitar la impresión de afirmar que era la Virgen María".

"Que la Montaña Santa sea un lugar donde se adore a Jesucristo"
"La figura de Elenita -afirmó el cardenal Fernández- nos habla de amor a Jesucristo y a María, de la dignidad de la mujer, de entrega generosa, de compromiso, de austeridad. Nos habla también muy elocuentemente de cuidado y defensa de los pobres".

Y concluyó: "Quiera Dios que, evitando todo lo que pueda crear confusión, dirijamos nuestros oídos y nuestro corazón al Evangelio, que debe resonar día tras día en el Santo Monte, para que sea un lugar donde se adore a Jesucristo, único Señor y Redentor, como seguramente hubiera deseado Elenita de Jesús, humilde y pobre entre los pobres".+