"No se olviden de nosotros", piden los cristianos de Mosul
- 9 de agosto, 2019
- Mosul (Irak)
A cinco años de la llegada del Estado islámico y la consiguiente expulsión de las comunidades cristianas de la llanura de Nínive en Irak por parte estas milicias y a dos años de la derrota militar del Califato, "poco se hizo para restituir a las familias de prófugos y evacuados, una casa y un retorno seguro a su vida de antes", se lamenta a AsiaNews el padre Samir Youssef, párroco de Enishke, en el Kurdistán iraquí la diócesis de Amadiya, que en estos años se ocupó de miles de cristianos, musulmanes y yazidíes que debieron emigrar.
"Las personas, dijo el padre Samir, creían en un retorno en breve plazo a sus casas, a sus tierras. Pero, la realidad es muy diversa: aquí falta de todo, las necesidades son múltiples mientras que los recursos y las ayudas son siempre menos".
Las milicias del autodenominado Estado Islámico obligaron a más de 120 mil cristianos a abandonar sus hogares. El lento regreso comenzó en el otoño de 2017, después de la derrota del Califato, y actualmente más del 46% de las familias de esta región pudieron regresar a sus hogares, mientras continúan los proyectos de reconstrucción de los pueblos, llevada a cabo por la Fundación de derecho pontificio Ayuda a la Iglesia Necesitada y financiada por gobiernos occidentales y donantes internacionales.
La situación en Mosul es más complicada, donde solo unas pocas docenas de cristianos han regresado del total de 15 mil que habían abandonado la ciudad iraquí.
En Mosul, "el trabajo de reconstrucción aún no ha comenzado porque hoy todavía falta un gobierno local estable. Y las ONG internacionales, las mismas asociaciones vinculadas a la Iglesia, no pueden iniciar proyectos debido a la falta de seguridad y fondos cada vez más pequeños", explicó el padre Youssef a AsiaNews.
Además la cuestión iraquí y las tensiones políticas y religiosas de Medio Oriente aumentan la inseguridad.
"Terminada la ofensiva militar las tragedias, las circunstancias difíciles no han terminado, es más empeoraron", añadió el sacerdote.
"La ciudad vieja de Mosul -continuó el padre Samir- donde surgen las iglesias más antiguas, está todavía destruida, y aún no se restituyeron los servicios. En la llanura de Nínive la situación es un poco mejor, pero todavía queda mucho por hacer. Y después de dos años de la finalización de la guerra, son pocas las iniciativas que pueden alentar a la gente a volver. Se necesita un trabajo enorme en temas de seguridad, distribución de agua, oportunidades de trabajo, hospitales, escuelas".
Para el sacerdote caldeo "la ideología del Isis está aún presente". "La cuestión iraquí- afirmó- no es sólo económica, o de seguridad, sino que gira alrededor de un conflicto religioso y político fundado sobre el islam. Estamos en medio del Golfo, esta es nuestra fortuna pero vivimos entre conflictos, tensiones, que se agravaron entre Irán y Arabia Saudita. Cada grupo quiere controlar, gobernar y esto no hace más que aumentar la inseguridad y obstaculizar el retorno de los prófugos".
La situación "sigue siendo de emergencia, el problema de fondo es la falta de trabajo y cuesta encontrar dinero para permitir a los niños pagar el transporte que los lleve a la escuela.
Ahora cada vez son más las familias de refugiados que se sienten ligadas al tejido social de Kurdistán y quisieran construirse un futuro en la que consideran como la tierra adoptiva, y sobre todo entre los niños, les resulta difícil acordarse de Mosul, Nínive y sus pueblos de origen. "
Por esto -concluyó el padre Samir- es importante continuar el apoyo a nuestra obra, necesitamos de su cercanía y apoyo económico, social y religioso. No nos abandonen, no se olviden de nosotros porque el derrumbe del mosaico medio oriental, la desaparición de los cristianos como elemento de puente y de diálogo tendría repercusiones dramáticas para todo el mundo". +