Jueves 14 de noviembre de 2024

A 10 años de la invasión de Estado Islámico, el cristianismo renace en Irak

  • 9 de agosto, 2024
  • Qaraqosh (Irak) (AICA)
De las 13.200 familias cristianas que había registradas en 2014, y que tuvieron que huir a causa de los terroristas musulmanes, unas 9.000 regresaron a la región.
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Diez años después de las masacres del Daesh contra cristianos y yazidíes, perpetradas por los integrantes de Estado Islámico (EI), el patriarca de Bagdad de los Caldeos, cardenal Louis Raphael Sako, recuerda el sufrimiento compartido por todos los iraquíes.

No sólo unos ciento veinte mil cristianos se vieron obligados, en la noche del 6 al 7 de agosto de 2014 a abandonar sus hogares y posesiones bajo el empuje asesino del autodenominado EI, sino que todo un pueblo -los yazidíes- sufrió el intento de exterminio, con más de 3.000 hombres, mujeres, niños y niñas asesinados y al menos 6.800 personas -en su mayoría mujeres, niños y niñas-, secuestradas por sus miembros. Una tragedia que la Organización de las Naciones Unidas ha reconocido como genocidio.

Fue "una tragedia colectiva" para el pueblo iraquí, aseguró el patriarca entrevistado por los medios vaticanos. "Una tragedia que involucró a cristianos y otras minorías, y que aún permanece grabada en las mentes de todos. Es cierto que el Isis ha sido derrotado, pero su ideología sigue siendo fuerte, y no sólo en Irak", señaló.

Por otro lado, subrayó que la gente "no tiene mucha, mucha fe en el futuro", añadió el cardenal Sako, "ya que se preguntan: '¿Cuándo tendremos por fin un Estado moderno, democrático, civilizado, en el que todos puedan ser ciudadanos con los mismos derechos y deberes?'. Esta es también la razón por la que tantos se marchan y abandonan Irak, no sólo los cristianos. Intento hablar con la gente, tranquilizarlos, diciéndoles que el mal no durará, que debemos ser pacientes".

En tanto, los cristianos de la llanura de Nínive, al igual que los yazidíes, tienen miedo, aseguró el patriarca. "Deberíamos ser capaces de cambiar la mentalidad que está en el origen de las guerras, de la venganza, tenemos que saber dialogar y resolver los problemas, no con las armas, sino con el diálogo. Un diálogo serio y valiente. Hay que cambiar los programas de educación escolar, el lenguaje, los discursos que se pronuncian".

El cardenal Sako reconoce que "nunca será fácil borrar esos recuerdos. Sigue habiendo tantos actos de odio, como el atentado de Qaraqosh del año pasado, que dejó más de 133 muertos durante una fiesta de boda. Y el genocidio de los yazidíes... ¿cómo se puede imaginar alguien que, en el siglo XXI, las mujeres sean vendidas, separadas de sus familias, sólo por ser de otra etnia?, ¿qué valores existen? Es algo terrible, terrible, no sólo para nosotros, sino para el mundo entero que no puede impedir que sucedan cosas así". 

De ahí su exhortación: "No debemos olvidar a estos hermanos y hermanas de la humanidad. Somos hermanos y hermanas, y la vida es algo hermoso. No se puede permitir que la gente muera sin hacer nada, tanto si ocurre en Irak como en cualquier otro lugar. Cada uno de nosotros es responsable de los demás y, cuando estemos muertos, Dios no nos preguntará si soy cristiano o musulmán, sino que nos preguntará: '¿Qué has hecho con tu hermano?'"

A pesar del sufrimiento, la comunidad cristiana persevera en la fe
Al cumplirse hoy 10 años de la invasión del Estado Islámico (ISIS) a la llanura de Nínive, en el norte de Irak, la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), aseguró que de las 13.200 familias que había registradas en 2014, y que tuvieron que huir a causa de los terroristas musulmanes, 9.000 han vuelto a la región, por lo que "la presencia cristiana, poco a poco, está volviendo a renacer".

En ese sentido, a Qaraqosh -la principal ciudad cristiana de Irak, donde se calcula que antes de la invasión había unos 50.000 cristianos- regresaron unos 25.000 creyentes. En una entrevista con la fundación pontificia, el arzobispo sirio-católico de Adiabene (también en el norte de Irak), monseñor Nizar Semaan, expresó que, a pesar del sufrimiento, la comunidad cristiana persevera en la fe.

"No hay palabras para describir lo que vivimos hace diez años. El Estado Islámico intentó erradicarnos, pero fracasó. La gente aquí es como los olivos. Puedes podarlos y quemarlos, pero al cabo de 10 ó 20 años, seguirán dando fruto. Lo han intentado todo (los terroristas), pero nosotros seguimos aquí y, como Iglesia, hacemos todo lo posible por transmitir un rayo de esperanza", compartió.

La invasión de los terroristas islámicos provocó el desplazamiento forzado de entre 100.000 y 120.000 cristianos de la llanura de Nínive. Quienes se quisieran quedar, eran obligados a convertirse al islam o a pagar un impuesto, para gozar de protección parcial bajo la ley de la sharia; de lo contrario, corrían el peligro de ser asesinados. ACN precisa que no tiene constancia de una sola conversión al Islam por parte de algún cristiano.

De lo que sí se tiene registro es de la presencia cristiana en la zona, que data del siglo I. En 2014, por primera vez en la historia, las campanas de las iglesias de allí dejaron de repicar. Además, en 2016, el Parlamento Europeo reconoció como un genocidio las continuas atrocidades de Estado islámico contra las minorías religiosas del norte de Irak.

Desde los primeros momentos que siguieron a la invasión, la ayuda de ACN se centró en establecer escuelas temporales y refugios de emergencia, y en proporcionar alimentos, mantas e instalaciones sanitarias a más de 95.000 desplazados en Mosul y la llanura de Nínive. Asimismo, la fundación asumió el pago de los salarios de los profesores, el alquiler de viviendas para los refugiados y el apoyo a las religiosas y sacerdotes desplazados. 

Después de que EI fuera derrotado a finales de 2017, ACN ha sido responsable de la reconstrucción de más de 13.000 casas de cristianos en la zona, además de la reparación de 363 edificios, destruidos por la guerra. "Ayuda a la Iglesia Necesitada ha considerado a Irak como país prioritario para sostener el cristianismo y, en esta década, ha destinado 56 millones de euros para casi 500 proyectos", precisa la fundación pontificia.

De igual manera, sus integrantes destacan la visita del Papa Francisco a Irak en 2021, como un hito que supuso un importante apoyo para los cristianos perseguidos. Por último, ACN remarca que Irak se encuentra entre los países que más ayudas ha recibido de parte de la fundación en los últimos 10 años.+