Jueves 14 de noviembre de 2024

Mons. Urbanc pide a la Virgen del Valle una "lluvia de bendiciones" para sus devotos

  • 9 de diciembre, 2021
  • San Fernando del Valle de Catamarca (AICA)
"Otórganos en este día las gracias que Dios ha preparado para cada uno de los que vinimos a verte", expresó el obispo de Catamarca al presidir la misa solemne en la antesala a la procesión.
Doná a AICA.org

El obispo de Catamarca, monseñor Luis Urbanc, presidió la misa solemne de la fiesta de la Inmaculada Concepción en el altar levantado en el Parque Adán Quiroga, donde por la tarde del 8 de diciembre se realizó la solemne procesión con la imagen de Nuestra Señor del Valle.

La Eucaristía, concelebrada por el clero catamarqueño, comenzó con el ingreso de las reliquias del beato Mamerto Esquiú portadas por el prelado, que fueron colocadas delante del altar.

Una gran cantidad de devotos y peregrinos participaron de la celebración eucarística, mientras que otras fueron llegando durante su desarrollo, como el caso de los fieles de Santa María y los integrantes del Regimiento 15 de La Rioja.

Monseñor Urbanc comenzó su homilía refiriéndose a la novedosa celebración en el Parque Adán Quiroga y a continuación, se dirigió a los peregrinos: “Gracias, hermanos y hermanas, por haber desafiado distancias y cansancios para compartir su fe y su amor a María con nosotros. Que todos salgamos renovados de esta celebración y que Dios se apiade de su pueblo liberándonos definitivamente de la terrible pandemia que estamos atravesando”.

Luego de otras consideraciones sobre la pandemia y la necesidad de cuidarnos mutuamente, el obispo afirmó: “Así como muchos se ocuparon de los más necesitados en los momentos más críticos de la pandemia, no dejemos de mirar la realidad crítica de muchísimos hermanos sumidos en la miseria de todo tipo. Debemos estar cerca de ellos espiritualmente, y cuando se pueda también físicamente, para que nadie se sienta solo o abandonado".

"Si hay personas a las que agradecer, ellas son los que han estado y siguen estando al lado de los enfermos y de los pobres. Tengo ante mis ojos a tanto personal sanitario, médicos, enfermeros, voluntarios de la pastoral de la salud, capellanes hospitalarios, etc. Que la Virgen Morena del Valle siga sosteniendo a todos en el fiel y sacrificado cumplimiento del deber y servicio incondicional al enfermo”.

Más adelante se refirió a la convocatoria del papa Francisco señalando: “Como Iglesia estamos transitando el camino sinodal, les pido de corazón que se involucren, que se interioricen de su significado y necesidad para la conversión pastoral que necesitamos lograr en todos los ámbitos eclesiales”.

Monseñor Urbanc después meditó sobre la solemnidad de la Inmaculada Concepción y las lecturas proclamadas. Citando la constitución conciliar Lumen gentium, afirmó: “María es el 'icono de la Iglesia en su plenitud', esa Iglesia que, según la misma carta a los Efesios –leída en la misa- quiere 'presentarse a sí misma gloriosa, sin mancha ni arruga ni nada semejante, sino santa e inmaculada'. Lo que la carta a los Efesios dice de todos los creyentes, el evangelista Lucas lo dice en particular de María de Nazaret".

"Ella es la ‘llena de gracia, la predilecta de Dios, la que vive 'a la sombra de su Espíritu y bajo la acción de su poder'; por ello es 'santa e inmaculada'”.

Luego de otras reflexiones, el pastor catamarqueño sostuvo: “La fiesta de la Inmaculada Concepción (…) es la fiesta de la fidelidad, de su firmeza y la nuestra en el ‘sí permanente’ a lo iniciado por Dios en nosotros, y del ‘no’ rotundo, sin concesiones al poder de la serpiente, del Maligno y sus secuaces”. 

“Querida Virgen del Valle, Madre de los peregrinos, Madre de los sufrientes, Madre de los débiles, Madre de los que creen, aman y esperan, atiende al clamor de tus hijos e hijas que llegan y se postran ante tu sagrada imagen, otórganos en este día las gracias que Dios ha preparado para cada uno de los que vinimos a verte en este hermoso y acogedor parque. Que tu presencia operante la sintamos cuando esta tarde te sumemos a nuestro caminar por medio de la solemne y emotiva procesión. Que sintamos la lluvia de bendiciones que vivificará nuestras vidas y que podamos llevarlas para tantos que nos han pedido que recemos por ellos ante Ti, la Bienaventurada entre todos los bienaventurados”, concluyó.+