Sábado 19 de abril de 2025

Mons. Urbanc: 'La Eucaristía, cimiento, raíz y cima de nuestra vida sacerdotal'

  • 16 de abril, 2025
  • San Fernando del Valle de Catamarca (AICA)
"Es el misterio que llena nuestra existencia porque nos configura con Cristo", manifestó el obispo de Catamarca a los sacerdotes durante la misa Crismal.
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El obispo de Catamarca, monseñor Luis Urbanc presidió, en la noche del martes 15 de abril en la catedral Nuestra Señora del Valle, la Misa Crismal, que fue concelebrada por todos los sacerdotes de la diócesis, quienes renovaron sus promesas y que, por la mañana habían, participado de una jornada sacerdotal desarrollada en la casa de retiros espirituales Emaús.

Participaron también numerosos fieles y consagrados. La celebración litúrgica fue solemnizada por la Cantoría del Valle, dirigida por el profesor Exequiel Andrada.

En su homilía, monseñor Urbanc explicó el sentido de la Misa Crismal y señaló que "lo que nos congrega en esta celebración vespertina es la bendición de los óleos con los que ungiremos, a lo largo del año, a los catecúmenos, a los recién bautizados y a los enfermos. Por eso, se reúne todo el santo Pueblo de Dios: laicos, laicas, consagrados y consagradas y el presbiterio, presididos por el obispo, para agradecer a Dios el don de la fe, la esperanza y la caridad, recibidas en el Bautismo, con las que somos, en verdad, peregrinos hacia la casa del Padre celestial".

Continuando con su reflexión indicó que "el marco celebratorio lo da el Jubileo Universal por el 2025, aniversario del nacimiento del Hijo de Dios en su condición humana, lo cual le da un particular realce a todo lo que hagamos hoy, en estos días y a lo largo de todo el año... A saber, la renovación de las promesas sacerdotales que harán los presbíteros con su obispo, agradeciendo el don que nos comparte el Señor Jesucristo, sumo y eterno sacerdote, a algunos miembros del santo pueblo de Dios, para que sigamos siendo sembradores de esperanza, fortaleza de los débiles, alegría para los tristes, abrazo paterno para los sufrientes, luz para los que deambulan en la oscuridad".

La disposición del corazón y la fuerza de la Eucaristía
Dirigiéndose a los sacerdotes, monseñor Urbanc dijo que "nuestras manos han sido ungidas para consolar, santificar, perdonar, consagrar, orientar, sanar, purificar, levantar, animar, socorrer, abrazar y bendecir". 

Además, destacó que "llevar la Buena Noticia a los pobres, curar los corazones desgarrados no son las tareas propias de una correcta gestión administrativa o de una organización meticulosa y eficaz, se trata de servicios más complejos, arduos, calificados y delicados, que suponen una disposición concreta del corazón, ya que es ir al encuentro de los demás y compadecernos, conmovernos ante el hermano caído al borde del camino".

A los fieles, pidió que "recen por nosotros, pobres y frágiles servidores del Señor y su amado pueblo".

"Cultivar una relación personal con Cristo a través de la oración"
Asimismo, pidió a los sacerdotes que "jamás perdamos de vista que Jesús llamó a los apóstoles en primer lugar, para que estén con él, y en segundo lugar, para enviarlos a predicar. Lo primero es estar con Él y aprender de Él. Nuestro principal quehacer es cultivar una relación personal con Cristo a través de la oración. Somos sacerdotes las 24 horas del día y los 365 días del año: toda la vida y en la eternidad. Toda nuestra existencia es un don total a Dios y a los hermanos a ejemplo de Jesús, que donó su vida en la cruz para la salvación del mundo y que no ha venido a ser servido sino a servir y dar la vida en rescate de muchos".

Luego invitó a que "demos gracias a Dios por pertenecer a esta Iglesia particular de Catamarca, bajo el cuidado maternal de la Virgen del Valle, la Pura y Limpia Concepción, y que nos ha elegido para servirla como pastores, ejerciendo el ministerio sacerdotal en nombre de Cristo Sacerdote. Por eso, saludo, abrazo y agradezco a cado uno de ustedes, queridos sacerdotes, por su trabajo pastoral en este tiempo complejo, lleno de desafíos, pero apasionante y prometedor. ¡Gracias, gracias!

Bendición de los Óleos y el Santo Crisma
Luego de la renovación de las promesas sacerdotales, fueron bendecidos los óleos de los enfermos y de los catecúmenos; y se consagró el santo crisma con el que se administrará los sacramentos.

Luego de la bendición final, el obispo, los sacerdotes y los fieles presentes saludaron a la Madre del Valle entonando el Salve Regina.

» Texto completo de la homilía