Mons. Rossi: 'La belleza de Cristo crucificado es la belleza de la entrega sin límite'
- 5 de abril, 2023
- Córdoba (AICA)
El arzobispo de Córdoba invitó a disponer el corazón para la Pascua y ser cántaros de agua para los demás: "A todos se nos pide que nuestros pasos marquen senderos de esperanza".
El arzobispo de Córdoba, monseñor Ángel Sixto Rossi SJ, presidió el domingo 2 de abril la misa de Ramos en la catedral Nuestra Señora de la Asunción, e invitó a la comunidad a ir disponiendo el corazón para la Pascua reflexionando sobre la pregunta de los discípulos a Jesús en el Evangelio de Marcos: “¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la cena de Pascua?”
“Como a los discípulos, el Señor nos dice también a nosotros: ‘Vayan a la ciudad’, es decir, vayan al mundo donde viven lo cotidiano”, explicó el prelado, y aludiendo al primer personaje que sale al encuentro de los apóstoles, añadió: “Salgan a encontrarse con los que llevan cántaros de agua, es el desafío para dar de beber a los demás”.
“El Señor prepara la Pascua con los que se dejan llenar el corazón con el agua viva del espíritu y se dejan conducir por Él”, detalló monseñor Rossi, y destac{o el testimonio de hombres y mujeres que son cantaros de agua para los demás, “esos que son como la samaritana, que fue a buscar agua al pozo y volvió ella misma hecha un cántaro después de haberse encontrado con el Señor”.
El segundo personaje anónimo, expresó, son los hombres y mujeres que preparan salas grandes para los demás: “El Señor prepara la sala con los que se animan a abrir el corazón para los demás, un corazón como una sala grande en la que todos son invitados a compartir el pan”.
Sobre este punto, lamentó: “Cuántas veces postergamos el encuentro con el Señor”. “Hay una cita personal que no hay que postergar. A veces uno llega a la Semana Santa con la sensación de que se nos fue, que no la supimos aprovechar. Siempre estamos a tiempo, hoy es el día propicio”, animó.
Por eso, reiteró el desafío: “Seamos hombres y mujeres que preparan mesa para el Señor. A todos se nos pide que nuestros pasos marquen senderos de esperanza. Hombres y mujeres ‘seguibles’”.
A su vez, alentó a saber bien “quienes son los que en nuestra vida son cántaro de agua para la sed de amor, de cariño, de compañía, y a la vez pedir la gracia de serlo nosotros. Quienes son los que en nuestra vida nos han agrandado la mesa, donde siempre hay espacio y todos tienen sitio. Lo mismo pasa en el corazón del Señor, siempre hay sitio en el corazón del Señor. Si queremos ser cristianos en nuestro corazón también tiene que haber ese sitio”, invitó.
"La belleza de Cristo crucificado es la belleza de la entrega sin límite. El amor sin límite es bello y es también el desafío nuestro: poder hablar de la belleza de la cruz desde quien sabe que la vida es una mezclita interesante de luces y sombras, de verdes praderas y oscuras quebradas, y sobre todo este misterio de que a veces conviven esa veta de belleza que se redescubre en horas de fuego, en circunstanciase en que tocamos el propio límite”, reflexionó.
Por último, dijo que “no hay verdadero amor que no tenga su viacrucis. En ese camino de la cruz ese amor se consuma en el gozo de la resurrección, un gozo que tiene que pasar por la cruz, no se puede gambetear el Viernes Santo”. Sin embargo, alentó a “quitarnos la ropa de luto y empezar a vestirnos de fiesta”, de cara a la Resurrección.+