Mons. Olivera: La Virgen de Loreto invita a ser fieles al proyecto de Dios
- 16 de diciembre, 2022
- Buenos Aires (AICA)
El obispo castrense presidió la misa por la fiesta de la patrona de la Fuerza Aérea. "Ella se encarga, a lo largo de todos los tiempos, de manifestarnos su amor y ternura de Madre", destacó.
El obispo castrense, monseñor Santiago Olivera, presidió el 15 de diciembre la misa por la fiesta de la Virgen de Loreto (cuya fiesta se celebra el 10), patrona de la Fuerza Aérea Argentina (FAA) y de las demás Fuerzas Aeronáuticas, en la catedral Stella Maris, del barrio porteño de Retiro.
Participaron de la celebración eucarística el subjefe del Estado Mayor General de la FAA, brigadier mayor Hugo E. Schaub, y autoridades y efectivos de la Aviación del Ejército Argentino, de la Aviación Naval (Armada Argentina), de la Aviación de la Gendarmería Nacional Argentina (GNA), de la Aviación de la Prefectura Naval Argentina (PNA) y de la Aviación de la Policía Federal Argentina (PFA).
Concelebraron el vicario general, monseñor Gustavo Acuña; el canciller y capellán mayor de la Armada Argentina, presbítero Francisco Rostom Maderna; el capellán mayor de la FAA, presbítero César Tauro; el capellán mayor de GNA, presbítero Jorge Massut; el capellán mayor de PSA, presbítero Rubén Bonacina y demás capellanes castrenses de las FAA.
En la homilía, monseñor Olivera invitó a poner siempre la mirada en la Virgen, y consideró que esa actitud “debe suscitar en nosotros, una especial admiración, no por la grandeza, porque justamente Dios hizo en Ella obras grandes, pero sí por su sencillez, su pequeñez y humildad”.
“Ella se encarga, a lo largo de todos los tiempos, también a lo largo y ancho del mundo, de manifestarnos su amor y ternura de Madre. Cuando vemos una imagen de la Virgen, cuando la exponemos a la pública veneración, debemos reconocer su cercanía, reconociendo además su plan, que no es personal, sino que es el plan de Dios, y también esa invitación que nos hace María de escuchar, seguir y hacer lo que su Hijo Jesús nos diga”, agregó.
Monseñor Olivera recordó también que María es patrona de la Aeronáutica, por lo que señaló: “Ella invita a pensar con los pies en la tierra, veneramos la Santa Casa allí en Loreto, justamente porque allí comenzó la historia. Porque allí la Virgen, dócilmente ante la propuesta del Ángel acerca del plan de Dios, dijo: ‘Que se cumpla como has dicho’, allí en esa casa, donde vivieron Jesús, María y José”.
“Esa casa, que nos invita a pensar en la Encarnación, y que también nos convoca a pensar en el amor de Dios, porque la Encarnación es respuesta amorosa al hombre y mujer concreto del amor de Dios: ‘Tanto amó Dios al mundo que envió a su Hijo para salvarnos’”, añadió.
“Qué bueno que podamos reunirnos como Fuerza a celebrar, que públicamente podamos agradecer el Sí de la Virgen, que podamos manifestar la alegría de tenerla como Patrona y de reconocerla. A veces duele cuando se hace silencio, o se oculta, por ideologías, o por miradas torpes o pensamientos equivocados”, destacó.
El obispo castrense subrayó: “La Virgen de Loreto, que nos habla por el aire y nosotros la invocamos como Patrona, nos invita a aterrizar con los pies concretos de nuestra fidelidad de cada día al proyecto de Dios, a responder al proyecto del Señor. A responder a lo que Dios nos pide, acerca de cómo poder contemplar aquella Casa, que es la casa de la fidelidad, la casa del Sí, la casa de la disponibilidad, la casa de la escucha, la casa del silencio, la casa de la absoluta primacía de Dios”.
Monseñor Olivera puso bajo el amparo de María a toda la Fuerza Aérea Argentina y a todos los que tienen a la Virgen de Loreto como patrona, y también a las familias, a los aviadores del pasado, a los que están, a los que vendrán, bajo el "manto tierno de María".
“Que siempre su presencia humilde y sencilla de mujer nos recuerde el amor de Dios, nos recuerde nuestro servicio, nos recuerde esta fidelidad que cada día nosotros tenemos que tener, justamente cuando contemplándola a ella y poniéndonos bajo su amparo, también nos invita a mirar el Sí que dio por la Encarnación, para dar el sí que cada uno tiene que renovar cada día en su propia vida”, concluyó.+