Viernes 15 de noviembre de 2024

Mons. Mestre: "En Corpus, presencia de Dios que se queda en medio de su Pueblo"

  • 9 de junio, 2021
  • Mar del Plata (Buenos Aires) (AICA)
"Miedo", "Alianza" y "presencia", fueron las tres palabras elegidas por el obispo de Mar del Plata para sintetizar su reflexión para la solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo.
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El obispo de Mar del Plata, monseñor Gabriel Mestre, al meditar sobre las lecturas del domingo del Corpus Christi, propuso tres puntos para reflexionar sintetizados en tres palabras: “Miedo”, “Alianza” y “Presencia”.

“Este domingo en la República Argentina y en otras partes del mundo celebramos la solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo. Como un eco del Jueves Santo nuestra reflexión se concentra en el misterio de la Presencia Real del Señor en las especies eucarísticas”, subrayó.

El miedo en nuestra vida
El prelado marplatense explicó que “el lema diocesano que acompaña nuestro Corpus Christi 2021 es ´¡No teman! ¡Yo estoy con ustedes! ´la invitación a no temer nos hace tomar contacto con nuestros ´miedos´ más profundos. Existen ´miedos´ más reales, otros más remotos; unos muy concretos y otros más desvanecidos. De cualquier forma, nos termina afectando. En un primer momento el ´miedo´ es algo positivo porque es una alerta ante un peligro, nos previene”.

“Sin embargo, el ´miedo´ se vuelve algo negativo cuando nos instalamos en él. Ahí perdemos libertad, perdemos vida, el ´miedo´ maneja nuestra existencia y no nos deja realizarnos. Nos termina paralizando y no nos deja crecer, nos cierra, nos atomiza… incluso nos enferma. Por eso, en este tiempo largo de pandemia y aislamiento, de dolor y sufrimiento, de enfermedad y muerte, debemos animarnos a tomar contacto con nuestros ´miedos´ para poder desarmarlos con la presencia de Dios”, agregó.

El Dios de la alianza de comunión
“El Dios cristiano se revela como un Dios de ´alianza´. Tanto la primera lectura como el Evangelio nos hablan de la ´alianza´ en dinámica de continuidad entre el Primer y el Nuevo Testamento. La segunda lectura nos habla de una Nueva ´Alianza´. La realidad de la ´alianza´ atraviesa toda la Escritura y expresa el deseo de Dios que quiere que la humanidad se salve y esté en comunión con Él”, indicó.

Monseñor Gabriel Mestre afirmó que “Dios mismo toma la iniciativa y sale de sí al encuentro de las personas para establecer una Nueva ´Alianza´ que sea eterna. La ´alianza´ de Dios con su pueblo, que es comunitaria, eclesial y sinodal, nos hace caminar en comunión con Él y con nuestros hermanos”. 

“Por eso, en medio de nuestros miedos, hoy somos invitados a renovar la ´alianza´ con Dios como su pueblo, como Iglesia. Lo hacemos en nuestro camino sinodal conducidos por la audacia del Espíritu y en comunión con toda la Iglesia de América Latina y el Caribe a través del proceso de escucha de la Asamblea Eclesial. Así renovamos hoy la ´alianza´ de comunión con Dios y con nuestros hermanos, descubriéndonos, como Pueblo de la ´alianza´”, precisó.  

Disfrutar de la presencia de Jesús Eucaristía
“En la institución de la Eucaristía, la ´presencia´ física del Señor se transforma en ´presencia´ sacramental que se perpetúa en el tiempo como verdadera alianza. En Corpus Cristi celebramos con gozo la ´presencia´ por antonomasia de Dios que se queda en medio de su Pueblo”, recordó.

“El Pan y el Vino consagrados son realmente ´presencia´ del Dios vivo y verdadero que alimenta a los seres humanos. Esta ´presencia´ por excelencia refleja la cercanía de Dios que se entrega por su Pueblo en Nueva Alianza. La ´presencia´ es fuente de seguridad en medio de las incertidumbres de la vida. Cada Eucaristía celebrada con los hermanos, cada adoración personal o comunitaria es alabanza al Dios que se hace ´presencia´ real para sostener en el camino”, completó.

Para finalizar, monseñor Mestre sintetizó: “La solemnidad de Corpus Christi nos habla de la centralidad que la Eucaristía como ´presencia´ sacramental tiene para la vida del discípulo misionero del Señor. Es el Alimento con mayúsculas para la Vida con mayúsculas. Celebramos con gozo que Cristo es “el” Alimento que sacia lo más profundo de nuestro corazón. Se impone para nosotros entonces preguntarnos si realmente disfrutamos, nos llenamos de gozo y nos dejamos alimentar por la ´presencia´ de Jesús en nuestra vida personal y comunitaria”.+