Mons. Mestre: 'Debemos preguntarnos qué estamos haciendo con nuestro tiempo'

El arzobispo de La Plata aseguró que esa pregunta debe surgir desde el ámbito "personal y comunitario", ya que el tiempo es "uno de los bienes más preciados de nuestra época".

El arzobispo de La Plata, monseñor Gabriel Mestre, compartió tres puntos para reflexionar a la luz de las lecturas bíblicas del domingo 12 de noviembre y 32° del tiempo de la Iglesia.

El prelado sintetizó su reflexión en tres palabras: Tiempo, Responsabilidad y Aceite.

Aprovechar bien el tiempo
En el primer punto, manifestó que la misericordia del Señor “es eterna, es infinita y es para todas y todos. Tiene un solo límite que es la misma libertad del ser humano. Y esa libertad se juega en el tiempo que Dios nos regala”. 

“Hoy debemos preguntarnos personal y comunitariamente, como nuevo Pueblo de Dios, qué estamos haciendo con nuestro tiempo. Este primer punto es una suerte de diagnóstico con respecto al uso de uno de los bienes más preciados de nuestra época, que es el tiempo”, subrayó.

Y recordó: “Nos dice el Papa Francisco en Fratelli Tutti, con respecto al tiempo, comentando la actitud del Buen Samaritano: ‘Uno se detuvo, le regaló cercanía, lo curó con sus propias manos, puso también dinero de su bolsillo y se ocupó de él. Sobre todo, le dio algo que en este mundo ansioso retaceamos tanto: le dio su tiempo’”.

Luego, instó a preguntarse: “¿Cómo estoy usando ‘mi’ tiempo? ¿Qué hago en mis ‘tiempos’ familiares, laborales, pastorales, estudiantiles, libres? ¿Busco ‘planificar’ mi tiempo o, simplemente, me dejo llevar e ‘improviso’? ¿Capto la importancia que tiene el tiempo como espacio de crecimiento y maduración?”.

 Vivir con responsabilidad
El arzobispo platense recordó que, en el “último versículo del Evangelio de hoy, se nos invita a estar prevenidos. Podemos retraducir esta expresión por estar atentos, concentrados, preparados; en definitiva ,en actitud de vigilancia evangélica”. 

“La venida del Señor, que puede ser más o menos cercana, nos hace crecer en responsabilidad. Esta es la clave para entender los textos de vigilancia. Dios nos invita a vivir una espiritualidad de la responsabilidad. Esto es lo que hacen las jóvenes prudentes: son responsables al actuar con atención, preparación y vigilancia evangélica”.

“¿Qué implica para mí hoy la palabra ‘responsabilidad’? ¿De qué soy responsable? ¿De quién/es soy responsable? ¿Cómo puedo hoy crecer en una ‘espiritualidad de la responsabilidad’? ¿Cuáles podrían ser las ‘notas’ principales de una espiritualidad de la responsabilidad evangélica?", se preguntó a continuación el arquidiocesano.

 Almacenar aceite
“En una primera aproximación resulta un poco egoísta que las jóvenes prudentes no quieran compartir el aceite con las necias. La parábola no quiere hacer una catequesis sobre cómo compartir los bienes. Se trata de una enseñanza sobre la vigilancia evangélica, que no admite un traspaso de responsabilidades personales: cada uno responde personalmente al llamado de Dios con las buenas obras del aceite”, manifestó monseñor Mestre. 

Además, aseguró que “tener aceite suficiente es haber sido responsables y haber usado muy bien el tiempo y, por lo tanto, eso se traduce en una vida coherente y evangélica, sea en los pequeños o grandes momentos de ella”.

“Es tiempo de almacenar aceite: el aceite de la escucha, del compromiso, del diálogo, del perdón, de la verdad y de la justicia. Que nuestras familias y nuestra Iglesia sean una verdadera aceitera que provea del combustible suficiente a la luz de la fe, esperanza y caridad de nuestras vidas”, enfatizó.

Finalmente, animó a pensar: “¿Qué puede significar para mí hoy el ‘aceite’? ¿Tengo disposición de corazón para disponerme al bien y la verdad? ¿Busco almacenar, tener el aceite suficiente que sea ‘combustible’ espiritual para mi vida? ¿Alimento la luz de Dios en mi corazón? ¿Soy capaz de iluminar con la luz de la fe, esperanza y caridad la vida de mis ambientes cotidianos?”.+