Mons. Macín: Renovar el compromiso con los pobres
- 11 de marzo, 2019
- Reconquista (Santa Fe) (AICA)
El obispo de Reconquista, monseñor Ángel José Macín, envió un mensaje a los fieles en el comienzo de la Cuaresma, invitándolos a prepararse juntos y vivir con gestos y actitudes este tiempo santo.
"El camino de nuestra Iglesia quiere ser el camino de los pobres. Así lo ha manifestado Jesús de Nazaret, inspirado por el Espíritu. Así lo queremos vivir, sin estridencias ni grandes discursos. Conscientes, además, que la primera de las prioridades, referida a las familias, y la segunda, orientada a los jóvenes, están atravesadas por esta opción fundamental del Señor", afirmó el prelado.
La pretensión de este mensaje cuaresmal, aseguró monseñor Macín, es invitar a la comunidad "a avanzar sin prejuicios y sin vueltas, en la meditación y la vivencia de algunas palabras del Evangelio, para redescubrir el valor del pobre en la historia y en nuestra vida".
"El pobre, hablando en un sentido evangélico, no admite clasificaciones teóricas. Es simplemente aquel que se me presenta en una situación de indigencia, de necesidad, de vulnerabilidad, y que me interpela, haciéndolo presente al mismo Cristo", señaló.
"Es tiempo de convencernos, tanto en lo personal como en la pastoral general, que el pobre no es un tema más en la Iglesia. Tampoco es un tema que se pone de ?moda? cada tanto, o que sirve de línea divisoria entre diferentes modos de concebir y de vivir el cristianismo. Quisiera que esta cuaresma sea una oportunidad para replantearnos esta realidad a fondo, preguntándonos ¿Qué lugar ocupa el pobre en mi vida, en mi espiritualidad, en mi experiencia cotidiana? ¿De qué modo me visita Jesús cada día? ¿Me reconozco pobre ante Dios y mis hermanos, en algún aspecto de mi existencia?", planteó.
En ese sentido, se refirió a "los pobres en la Iglesia": Partiendo de que "pobre se relaciona con prójimo", el obispo consideró "un espacio decisivo es la familia y el vecindario. Los ancianos y los enfermos, los jóvenes y los niños. Cuaresma es tiempo de apertura y de mayor sensibilidad hacia aquel que está sufriendo o que necesita de un especial acompañamiento y que vive cerca, a mí lado".
"Una dimensión de la pobreza que no se suele registrar con tanta frecuencia es la presencia de los pobres dentro de la misma Iglesia, de nuestras comunidades. Es muy significativo ver cómo Jesús lo tuvo en cuenta en su mensaje. Y también los primeros cristianos. En las primeras comunidades aparece la pobreza material de algunos; esto genera la comunión de bienes. En una cultura que privilegia la búsqueda del bienestar personal, ¡qué lejos estamos de este ideal de las primeras comunidades!", lamentó.
Por otra parte, monseñor Macín mencionó a los pobres que "no necesariamente carecen de bienes o cosas materiales indispensables, pero que devienen pobres en la Iglesia y en sus espacios cercanos", en ese sentido, destacó que "los pequeños son los débiles en la fe, son los principiantes o que viven en situaciones ?irregulares?, son las víctimas de diferentes tipos de rechazo o de marginación, son los vulnerables y los menores, a quienes se puede manipular y dañar, dejando una huella imborrable en sus vidas", advirtió. "Nuestra mirada y acción pastoral se tiene que dirigir también en esa dirección. Los pequeños tienen que ocupar un lugar de privilegio en nuestra vida comunitaria. El tiempo de cuaresma nos interpela, y nos convoca a reconocer que el pobre está mucho más cerca de lo que pensamos o imaginamos", animó.
"Finalmente, en este tiempo cuaresmal, los invito a volver nuestra mirada hacia nosotros, tanto personal como comunitariamente, sobre todo como Iglesia, y redescubrir el llamado a la pobreza evangélica: ?Felices los que tienen alma de pobres, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos?", recordó. "Vivir la pobreza como estilo de vida, como actitud contracultural frente a quien mide el valor de alguien por su poder, por su prestigio, por sus bienes", instó.
"A pocas semanas de iniciar la "Visita ad limina Apostolorum" (A las tumbas de los Apóstoles), que trataré de vivir como expresión de nuestra comunión con el Sucesor de Pedro y con toda la Iglesia, los invito a renovar la esperanza y el compromiso. A la espera de ser confirmados por el papa Francisco, sigamos las huellas de quienes nos precedieron, y nos legaron esta espléndida comunidad de fe y amor, aceptando y confesando nuestros pecados. Y que la esperanza centrada en el Resucitado nos estimule a vivir un compromiso cada vez más hondo con los pobres", concluyó.+
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