Mons. Luis Fernández animó a vivir una cuaresma "para purificarnos y convertirnos"
- 20 de febrero, 2021
- Rafaela (Santa Fe) (AICA)
Celebrando los 60 años de la diócesis y el Año de San José, el obispo de Rafaela animó a vivir la Cuaresma "desde la fe", vislumbrando "un horizonte de esperanza".
El obispo de Rafaela, monseñor Luis Alberto Fernández, envió a la comunidad diocesana su mensaje de Cuaresma 2021, en el que se dirige a los fieles “con el deseo de suscitar la confianza y la alegría, la esperanza y la paz de las familias”.
En este tiempo de pandemia, “todos necesitamos ser misericordiados, y por eso acudimos en Cuaresma a la fuente de agua cristalina y limpia que es la Vida de Jesús, para purificarnos y convertirnos una vez más”, expresó monseñor Fernández, y definió que este período, que “nos aproxima a la cruz”, es un “camino a realizar, y desde la fe nos hace vislumbrar un horizonte de esperanza, que no es un camino interminable, sino que lleva a una plenitud”.
El prelado llamó a la comunidad a estar atentos y a “despojarnos de la hipocresía”, para tener como prioridad “la reflexión en el silencio y la oración”, además de “el ayuno y la limosna, esta última que se concreta con el ya acostumbrado “Gesto Solidario de Cuaresma” de cada año en la diócesis.
“¡Cuánto vale el dolor ofrecido en el silencio por los enfermos y ancianos que solo Dios conoce, así como la ayuda a los más pobres y olvidados de la sociedad!”, exclamó el obispo e invitó a “trabajar con honestidad y sacrificio, defendiendo la niñez y la ancianidad, el vivir en familia, y socorrer al necesitado, con grandes mujeres y hombres que tienen pasión por la verdad y la belleza, y que podemos observar desde la política, los sindicatos, la educación, el comercio y el deporte, a los profesionales con su capacidad específica, a los trabajadores sociales, preocupados por el bien común”.
“El tiempo de Cuaresma -indicó monseñor Fernández- es para pedir auxilio a Dios, porque peor es ser soberbios, no necesitar de nadie, volver a épocas del más fuerte, aceptando solo a los más capaces o prestigiosos, en culturas del mérito y sociedades consumistas, que no pueden esperar a los rezagados, sin aceptar que a veces el caminar lento es la alegría de los pueblos que no olvidan a nadie, porque aún los mediocres de este mundo, que los sabios y poderosos rechazan, son valiosos a los ojos de Dios”.
Asimismo, el obispo mencionó en la carta el jubileo por los 60 años que cumple la diócesis, y animó a vivirlos “con trabajo pastoral, siguiendo los pasos que nos van proponiendo desde el área de la Pastoral Diocesana”. Y también citó el Año de San José, convocado por el papa Francisco, y pidió al santo “crecer en sabiduría, estatura y gracia, acompañándonos junto a María de Guadalupe, a tener el espíritu de padres capaces en familia”.+