Mons. Lozano: "Los tres regalos de Dios"
- 8 de marzo, 2021
- San Juan (AICA)
El arzobispo de San Juan de Cuyo afirmó que la Cuaresma es un tiempo particularmente especial para fortalecerse en las tres virtudes teologales: fe, esperanza y caridad.
“Dios nos llama a ser parte de su familia en el agua del bautismo. Infunde en cada uno de nosotros las virtudes teologales: fe, esperanza y caridad. Vienen juntas; nunca tenemos una sin las otras dos”, recordó el arzobispo de San Juan de Cuyo, monseñor Jorge Eduardo Lozano.
“La Cuaresma es un tiempo particularmente especial para fortalecernos en estas tres virtudes, que son un regalo hermoso de Dios”, destacó.
El arzobispo sanjuanino hizo hincapié en su reflexión en la virtud de la fe, a la que a veces se define como “creer en lo que no vemos”.
“Sin ser esto falso, debemos decir al menos que es insuficiente. Por ejemplo, no veo las cataratas del Iguazú, creo que existen, pero no por eso las identifico con el principio de la creación, y tampoco afirmo que son mis amigas que están siempre a mi lado”, ejemplificó.
Monseñor Lozano señaló que en su mensaje para la Cuaresma, el papa Francisco escribe que “la fe nos llama a acoger la Verdad y a ser testigos, ante Dios y ante nuestros hermanos y hermanas”.
“Ser testigos aquí lo entendemos como compartir una experiencia que toca las fibras íntimas del corazón”, agregó.
Y volvió a citar al pontífice: “Esta verdad no es una construcción del intelecto, destinada a pocas mentes elegidas, superiores o ilustres, sino que es un mensaje que recibimos y podemos comprender gracias a la inteligencia del corazón, abierto a la grandeza de Dios que nos ama antes de que nosotros mismos seamos conscientes de ello”.
El prelado cuyano recordó que el gran teólogo suizo Hans Urs Von Balthasar, fallecido en 1988, afirmó: “Nada puede y debe ser creído sino el Amor. Sólo el Amor es digno de fe”.
“De aquí se desprende también que la fe no es un asunto privado, sino comunitario: ‘creemos’. No es ‘mi fe’ o, como solemos escuchar, ‘yo creo a mi manera’. Somos un pueblo creyente, la familia de los Hijos de Dios. En cada renovación de las promesas bautismales decimos ‘esta es la fe de la Iglesia’”, recalcó.
“La fe es recibir, acoger a Jesús. Es Encuentro con Él, es amistad. Es Encuentro con Cristo Vivo. Como toda amistad se alimenta de la escucha, el diálogo, el compartir la vida”, sostuvo, y añadió: “La fe es dejar que Dios habite en nuestro interior. Como expresa la promesa de Jesús: ‘iremos a Él, habitaremos en Él”.
“Y para afirmar con énfasis y claridad que la fe es un don, Jesús dice a los apóstoles en la última Cena ‘no son ustedes los que me eligieron a mí, sino yo el que los elegí a ustedes’”, concluyó.+