Viernes 15 de noviembre de 2024

Mons. Lozano: "El sepulcro vacío de muerte está derramando vida"

  • 17 de abril, 2022
  • San Juan (AICA)
El arzobispo de San Juan de Cuyo destacó "testimonios hermosos de encuentros con Cristo Vivo" que recibió en diversos lugares y aseguró: "Hay una certeza simple y clara de la vida nueva de Jesús".
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Monseñor Jorge Eduardo Lozano, arzobispo de San Juan de Cuyo y secretario general del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), recordó que “la cueva que albergaba la muerte, por el poder de Dios fue transformada en vientre que parió la vida nueva del Resucitado. El sepulcro se convirtió en fuente de Luz”.

“Todos los relatos acerca de la mañana de la Pascua en los Evangelios coinciden en centrar la atención inicial en el sepulcro vacío. Esto, en principio, es solamente señal de ausencia de un cadáver”, explicó, y profundizó: “Pero en sí no es suficiente para afirmar la presencia con vida de Jesús. Para llegar a la fe en la Resurrección los discípulos tuvieron que recorrer un camino no siempre sencillo. Incluso para unos cuantos no exento de dudas y búsquedas intensas, como los discípulos de Emaús, el apóstol Tomás y tantos otros”.

“El Evangelio de San Juan nos muestra cómo ese camino fue diverso para María Magdalena, Pedro, el discípulo amado, el resto de los apóstoles, y otros más en la comunidad cristiana”, agregó.

El arzobispo sanjuanino destacó que “la presencia de Jesús Resucitado fue experiencia para los discípulos en varias ocasiones narradas por los Evangelios, a las cuales llamamos ‘apariciones’. Pero esa manera de encuentro no quedó clausurada en los 40 días que van desde la Pascua hasta la Ascensión del Señor, o a unos pocos místicos selectos”.

“Sin ir más lejos, en estos días he recibido testimonios hermosos de encuentros con Cristo Vivo en peregrinos en los santuarios, en gente que participa en las celebraciones de la Semana Santa, catequistas, docentes. También en quienes se acercan a recibir la comunión en la misa, e incluso en quienes no pueden comulgar”, contó, y subrayó: “Hay una certeza simple y clara de la vida nueva de Jesús”.

El secretario general del Celam afirmó que “la Palabra nos revela a Jesús y quiénes somos; quién soy yo, quiénes los demás. Mirados desde Dios todos adquirimos un lugar nuevo. Los otros son más que ‘los demás’, como si fueran sobrantes. Son hermanos, tenemos la misma dignidad”.

“También nos compromete a cuidar la casa común, escuchar el gemido de la tierra, que nos pide ser auxiliada. Nos dice San Pablo que ‘la creación entera gime con dolores de parto aguardando ser liberada de la corrupción’”, añadió.

Monseñor Lozano consideró que “es bueno acudir cada uno a su propia experiencia de novedad” y subrayó: “Estamos impulsados a renovar al menos el deseo que me empuja a cambiar, a iluminar mi vida y el mundo. Mejorar una relación por medio del perdón, dejar algún vicio, donar tiempo y dinero, volver a estudiar, vencer la sensualidad, la avaricia, la autorreferencialidad. Crecer en la oración, ser más piadoso. Asumir un compromiso con la comunidad o con el barrio”.

“El signo más elocuente de muerte que tenemos hoy es la guerra. Ucrania es una herida abierta en el Corazón de Jesús que nos ama como familia suya. El horror y el drama, el miedo y la impotencia no deben ser experiencia cotidiana en ningún pueblo. Reforcemos la oración por la paz”, pidió.

“Es cierta la promesa ‘Yo hago nuevas todas las cosas’ que está en la Biblia. Hay una imagen que siempre me atrajo. En la tierra arrasada, en algún momento brota empecinadamente la vida. Lo he visto en campos inundados cuando baja el agua y todo es desolación; pero en cuanto querés acordar aparece un brotecito verde”, concluyó.+

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