El arzobispo emérito de Corrientes pide no quedarse en lo simbólico de la Pascua ni reducirla a una celebración formal, al recordar que "la Palabra debe ser aceptada para que cause la salvación".
En sus sugerencias para la homilía del domingo, el arzobispo emérito de Corrientes dijo que la Pascua es una celebración religiosa, "no reductible a festividades ajenas a ella".
El arzobispo de San Juan de Cuyo destacó "testimonios hermosos de encuentros con Cristo Vivo" que recibió en diversos lugares y aseguró: "Hay una certeza simple y clara de la vida nueva de Jesús".