Mons. Han Lim Moon: "Toda nuestra fe y nuestra esperanza en el Señor"
- 16 de noviembre, 2018
- San Martín (Buenos Aires)
El Evangelio del domingo 18 de noviembre, con motivo del final del año litúrgico, presenta a Jesús como Juez para el juicio final y universal. Monseñor Han Lim Moon, obispo auxiliar de San Martín, reflexionó en torno a las definiciones del juicio final según el Catecismo de la Iglesia y la actitud frente a la Jornada Mundial de los Pobres.
El prelado de San Martín citó al catecismo joven (YouCat) para describir el juicio final: "Cuando Cristo venga en su gloria, toda su luz caerá sobre todos nosotros y la verdad saldrá abiertamente a la luz: nuestros pensamientos, nuestras obras, nuestra relación con Dios y los hombres: nada quedará oculto".
Luego recordó a San Agustín, quien explicó "que todo el mal que hacen los malos queda registrado, aunque ellos no lo saben; es una especie de ?back up? en la memoria gigantesca de Dios. Y frente a Cristo, que es la Verdad, toda la verdad será puesta ?sobre la mesa?, al desnudo definitivamente", mencionó.
"Ninguna cosa oculta quedará oculta, ni intenciones, ni los pensamientos, ni obras que hayan hecho clandestinamente. Todo saldrá a la luz públicamente, nada quedará oculto ni a Dios ni a los hombres", manifestó monseñor Han Lim Moon.
"Los deseos de paz y de la justicia de todos los hombres se verán cumplidos y Dios trino enjugará toda lágrima de nuestros ojos; y ya no habrá muerte, ni luto, ni lamento ni fatiga. Y contemplar cara a cara a Dios será nuestra felicidad", continuó explicando según el YouCat.
Luego de esta descripción según el catecismo, el prelado de San Martín se preguntó: "¿Cuándo sucederá el juicio final universal?", y sucesivamente respondió: "¡Solo Dios sabe!". Pero indicó: "Hay un juicio particular final que es nuestra muerte. De eso sí tenemos la certeza de que no será muy lejano en el tiempo, algunos más años, otros menos".
El tiempo que resta para "este juicio particular", debe ser "para nuestra conversión", explicó monseñor Han Lim Moon. Al recordar la Jornada Mundial de los Pobres que este domingo celebra la Iglesia universal, manifestó: "Debemos poner nuestra fe y nuestra esperanza en el Señor, el Justo, en el juicio largamente esperado; y siendo fiel en la práctica del amor a Cristo por medio del servicio a los necesitados".
"Al final de los tiempos todos resucitaremos para el juicio final. El Señor vendrá, como juez justo y misericordioso, en su majestad, poder y gloria como nunca lo hemos visto. Nos conmoveremos profundamente junto a todo el universo. Entonces, todo, y absolutamente todo, saldrá a la luz y comprenderemos con claridad el misterio del mal y nos quedaremos boquiabiertos ante la insondable sabiduría misericordiosa de Dios para nuestra salvación".
Al concluir advirtió: "Es necesario aprovechar al máximo el tiempo presente reforzando nuestra fe y esperanza en Él en medio de muchas injusticias, persecuciones, incomprensiones y perseverando en la práctica del amor al Señor de la historia, a quien esperamos ?más que el centinela a la aurora?".+