Mons. Croxatto llamó a discernir a dónde nos está invitando el Señor
- 11 de febrero, 2021
- Neuquén (AICA)
El obispo de Neuquén, monseñor Fernando Martín Croxatto, presidió el 7 de febrero la misa del quinto domingo durante el año, en la catedral María Auxiliadora.
En el quinto domingo del tiempo ordinario, el obispo de Neuquén, monseñor Fernando Martín Croxatto, presidió la Eucaristía en la catedral María Auxiliadora.
En su homilía, hizo referencia al Evangelio que presenta lo que se conoce como “jornada de Cafarnaúm” que “está unida al Evangelio de la semana pasada porque revela todo un día entero de Jesús”.
“Por la mañana, como escuchamos el domingo anterior, la mañana del sábado Él había estado en la sinagoga donde curó a un endemoniado; al mediodía, como escuchamos hoy, entra en la casa de Pedro y cura a su suegra; al atardecer acuden a Él muchos enfermos, endemoniados, también para ser sanados; y en la madrugada Jesús se levanta temprano y se retira a orar”.
“Es un día de tantos que nos muestra Marcos, un día de tantos en la vida de Jesús. Este día de tantos, revela lo que Pedro en ese primer discurso del domingo de Pentecostés le transmitía a la gente cuando decía: ‘Pasó haciendo el bien y curando a todos los oprimidos por el mal’”.
“Así lo sintetiza pedro en ese primer discurso a toda la gente, el día de Pentecostés, y la primera lectura de hoy del libro de Job, un lindo libro, recomendado en tiempos de pandemia, en tiempos a veces de oscuridad, de angustia, pero que nos muestra solamente un pedacito muy pequeño, y le da a este Evangelio también un marco muy fuerte, muy especial, sobre todo en nuestro contexto de hoy”.
“Este texto de Job se hace tan real, tan concreto, cuando por ejemplo, tomando alguna expresión, cuando uno escucha esta pandemia que no termina y dice ‘la noche se hace muy larga y soy preso de la inquietud hasta la aurora’. Esto que a veces sentimos casi todos, muchos más que otros, porque hoy para muchos es así”.
“Cuántos, ante realidades personales, familiares, sociales, podríamos decir también, incluyen esta expresión: ‘Una larga noche, se viene la aurora’, esperándola con mucha fuerza. O si no, esta otra expresión: ‘Mi vida es un soplo, y mis ojos no verán más la felicidad’. Esto también refleja mucho nuestro corazón, aunque a veces lo queremos tapar con cosas exteriores, con ruidos, con distracciones… No podemos tapar el corazón, al corazón es difícil callarlo”, advirtió.
En ese sentido, consideró: “Qué bueno es entonces encontrar a alguien en nuestro camino, alguna persona que sea capaz de ponerse al lado nuestro. Qué lindo encontrar como al lado nuestro, personas que tengan esa capacidad de ponerse simplemente junto a nosotros, acompañándonos”.
“En este tiempo también sabemos que hay muchos que están cerca nuestro, muchos que están al lado nuestro, muchos que pasan cerca, muchos con los cuales compartimos la vida, muchas veces, y estamos muy cercanos. Pero también, no siempre están al lado acompañándonos en el camino. Por eso qué dicha, qué gozo es encontrar un San Pablo al lado nuestro”.
“Este San Pablo que lo decía como una actitud de su vida, con algo que era muy fuerte en él, así lo vivía: ‘Siendo libre, me hice esclavo de todos, me hice débil con los débiles, me hice todo para todos’”.
“Es esta misma actitud, este mismo estilo de vida de Pablo, el que él aprendió de Jesús, de la vida que Jesús nos propone siempre en su andar, y hoy lo vemos: su disponibilidad para con los otros siempre presente, pero particularmente con ese otro que está más caído, con ese otro que necesita ser levantado, con ese otro que está postrado, con ese otro que vive sin esperanza de felicidad”.
“Así vivía Jesús; así vivía Pablo. Por eso este milagro de la suegra de Pedro es un milagro tan sencillo, tan simple, tan que pasa como desapercibido, pero también tan actual: La fiebre, ese signo tan fuerte de este año de la pandemia. También este milagro así, tan sencillo, tan simple e insignificante, para el evangelista Marcos no fue insignificante sino que marcó justamente la manera de mirar y de leer todos los demás milagros que él va compartiendo en su Evangelio”.
“Porque esta fiebre que tenía postrada a la suegra de Pedro, tiene relación directa con la actitud que toma después la suegra de Pedro. Inmediatamente, cuando se puso de pie, comenzó a servirlos. En el lenguaje bíblico esta expresión de Jesús de acercarse, de tomarla de la mano y de levantarla, en el término propiamente bíblico, es el mismo término de la resurrección de Jesús, lo que quiere decir que Jesús no la curó ‘más o menos’, sino que la curó muy desde adentro, la curó totalmente la hizo levantar al modo del resucitado que comienza una vida nueva”.
“Ella adelanta de alguna manera lo que Jesús fue diciendo después en su vida: ‘Yo no vine para ser servido, sino que vine para servir’. San Marcos nos está diciendo en esta actitud de la suegra de Pedro, que está sirviendo, que en esta mujer aquí hay alguien que ha entrado en la órbita de Jesús, que ha respondido a la invitación de ponerse a los pies de los demás”.
“Quiero invitar a que también nosotros tomemos esta posta que nos propone el Evangelio frente a tanta realidad que hoy nos demanda y nos reclama este servicio nuestro. Los invito a que nos pongamos en oración. Dentro de poco viviremos la cuaresma pero los invito realmente a esta oración que hacía Jesús, de intimidad con el Padre para que podamos discernir en este tiempo a dónde nos está invitando el Señor, a dónde te está invitando a vos, persona, familia, a nosotros comunidad, como Iglesia, en este tiempo concreto. ¿A dónde nos está invitando a llevar esta buena nueva?”, planteó, invitando a predicar el Evangelio, no sólo con palabras, sino con obras.+