Mons. Conejero Gallego: 'Jesucristo, misericordia viva de Dios'
- 17 de agosto, 2023
- Formosa (AICA)
"Sólo experimentando el amor de su infinita misericordia, podremos poner en práctica su deseo: 'Sean misericordiosos como el Padre de ustedes es misericordioso'", aseguró el obispo de Formosa.
El obispo de Formosa, monseñor José Conejero Gallego, recordó que “muchos son los atributos divinos dados a nuestro único Dios verdadero, Uno y Trino: Santo, Todopoderoso, bondad infinita, fiel”, pero destacó uno que se repite con mucha frecuencia en las Sagradas Escrituras: “Misericordioso”; atributo –subrayó- que manifiesta su ser e identidad: el Amor.
En su editorial mensual en el periódico diocesano Peregrinamos, el prelado puntualizó que los fines y frutos de la Misericordia divina son: el perdón de los pecados, la reconciliación, la unidad y la paz.
“Estos dones podremos vivirlos siempre y cuando, libre y voluntariamente, nos abramos a una conversión sincera, reconociendo humildemente nuestros errores y miserias, y teniendo a Jesús como único Maestro y ejemplo de vida, ya que la luz, la verdad y la gracia nos vienen sólo por Él”, sostuvo.
“Sólo, experimentando el amor de su infinita misericordia, podremos poner en práctica su deseo: ‘Sean misericordiosos, como el Padre de ustedes es misericordioso’”, añadió.
Monseñor Conejero Gallego afirmó que,“en este proceso de alcanzar una sana convivencia fraterna de reconciliación, de unidad y de gozosa paz con toda la humanidad, serán necesarios dar estos pasos: reconocer y proclamar el amor de Dios, y experimentar en nosotros mismos su misericordia, para poder nosotros, a la vez, ser misericordiosos y compasivos con los demás”.
“Las palabras y gestos de Jesús, su humildad, paciencia, servicio, amor y entrega, serán nuestra guía a seguir e imitar”, añadió.
El obispo aseguró que “la actitud misionera y misericordiosa de María, que ‘se levantó y partió sin demora’ -lema de la JMJ de Lisboa 2023-, llena de esperanza y de alegría este tiempo presente”, y agregó: “La celebración del misterio de su Asunción en cuerpo y alma a los cielos confirmará nuestra certeza de que la misericordia de Dios es eterna, de que su amor permanece para siempre, tanto en esta vida como en la futura”.
“Jesucristo, misericordia viva de Dios, se ha unido para siempre a nosotros; y, resucitado y glorioso, ha ido a prepararnos un lugar para que donde Él está, estemos, algún día, también nosotros, participando de la Vida Eterna”, concluyó.+