'Humildad, escucha y misericordia', aconsejó el Papa a los confesores
- 24 de octubre, 2024
- Ciudad del Vaticano (AICA)
En su discurso a la comunidad del Colegio Penitenciario Vaticano, el pontífice les pidió a los confesores no ser "psiquiatras", escuchar con mansedumbre y perdonar siempre. "Perdona todo", expresó.
"Escucha, no preguntes tanto; no seas psiquiatra, por favor: escucha, escucha siempre, con mansedumbre, y perdona todo, todo, todo. Hazlo siempre: perdona todo": estas son las dos exhortaciones del Papa Francisco en su discurso a la comunidad del Colegio Penitenciario Vaticano, pronunciado hoy, 24 de octubre, en el que el pontífice reflexionó sobre las tres palabras que encarnan el sacramento de la Reconciliación: "humildad, escucha y misericordia".
El Santo Padre recordó también a los presentes que, escuchando "a nuestro hermano en la conversación sacramental, escuchamos al mismo Jesús, pobre y humilde".
"Perdona siempre"
Francisco señaló que un buen confesor debe ser siempre cercano, misericordioso y compasivo hacia el penitente. "Perdona siempre todo, porque estamos aquí para perdonar: ¡deja que los demás discutan!", insistió el Papa, al dirigirse a los confesores con ocasión del 250º aniversario de la encomienda del ministerio de las confesiones en la basílica de San Pedro a los franciscanos conventuales, ministerio que ejercen desde 1774.
La ternura de Dios
Dirigiéndose a los 60 confesores vaticanos, que estaban acompañados por su rector, el padre Vincenzo Cosatti OFMConv., en el Aula del Consistorio, el Papa subrayó la importancia vital de su servicio en la basílica, tanto para quienes acuden a confesarse como para los demás visitantes.
Dijo, asimismo, que el ministerio "les da testimonio a los fieles de que la Iglesia los acoge ante todo como comunidad de perdonados, que creen, esperan y aman en la luz y en la fuerza de la ternura de Dios".
El Papa centró, además, sus reflexiones en tres aspectos claves del ministerio: la humildad, la escucha y la misericordia.
Humildad
Tomando como ejemplo al apóstol Pedro, quien, después de sus propias fallas personales, aprendió la humildad buscando el perdón, invitó a los confesores franciscanos a considerarse ante todo "penitentes", buscando siempre la misericordia de Dios.
Esa humildad, dijo el Papa, "debe reflejarse en sus oraciones y acciones dentro del espacio sagrado de la basílica".
Oyentes compasivos, no "psiquiatras"
El sucesor de san Pedro destacó luego la importancia de una escucha activa y empática, especialmente hacia los jóvenes y los más vulnerables, advirtiendo, sin embargo, que un confesor "no es un psiquiatra".
"Cuanto menos hables, mejor", dijo. "Solo escucha, consuela y perdona".
El Papa invitó a los confesores a acercarse a la palabra de cada persona como un don de Dios, que no sólo ayuda a guiar a los demás, sino también lleva a su propia conversión personal.
"Escuchar no es sólo oír lo que la gente dice, sino ante todo acoger sus palabras como don de Dios para la propia conversión, dócilmente, como el barro en las manos del alfarero en la propia conversión personal".
Les recordó que, al escuchar verdaderamente al penitente en el sacramento de la Reconciliación, el confesor escucha "a Jesús mismo, pobre y humilde", facilitando así un encuentro personal entre ese penitente y Cristo.
Perdón y misericordia
Finalmente, Francisco instó a los confesores a ser misericordiosos, compasivos y gentiles con los penitentes, reconociendo que quienes buscan la confesión ya están humillados por sus pecados.
"Como dispensadores del perdón de Dios, es importante ser 'hombres de misericordia', radiantes, generosos, dispuestos a comprender y consolar, en las palabras y en las actitudes", subrayó, tomando como referencia las palabras del capuchino san Leopoldo Mandic, contemporáneo del padre Pío, conocido por ser misericordioso y generoso con sus penitencias.
"El confesor debe ser cercano, misericordioso y compasivo" como Dios, insistió el papa Francisco, citando el ejemplo de otro fraile capuchino, Luis Pascual Dri, a quien nombró cardenal en 2023, y a quien ha señalado a menudo como ícono de lo que debe ser un confesor.
Para concluir, el Papa agradeció a las Penitenciarías Vaticanas por su servicio, alentándolas nuevamente a realizar su ministerio con humildad, escucha y misericordia.+