Mons. Buenanueva: "Carlo entró al cielo con el mejor traje de fiesta"
- 13 de octubre, 2020
- San Francisco (Córdoba) (AICA)
El obispo de San Francisco, monseñor Sergio Osvaldo Buenanueva, dedicó su columna del domingo a la beatificación de Carlo Acutis.
Con el título “Carlo entró al cielo con el mejor traje de fiesta”, el obispo de San Francisco, monseñor Sergio Osvaldo Buenanueva, dedicó su columna semanal en el periódico “La Voz de San Justo”, a la beatificación del joven Carlo Acutis, celebrada el sábado.
El prelado comenzó su reflexión citando el Evangelio de Mateo: “«Amigo, le dijo, ¿cómo has entrado aquí sin el traje de fiesta?» El otro permaneció en silencio”.
“No ha sido precisamente un reproche lo que recibió Carlo Acutis. Todo lo contrario. Este sábado 10 de octubre, al declararlo ‘beato’ (es decir: feliz), la Iglesia reconoció que Carlo, en su corta e intensa vida (apenas quince años), pudo vestirse con el mejor de los trajes: el Evangelio de Jesús. Y, así vestido, entró a la fiesta del cielo”.
“Ni la desmentida incorrupción de su cuerpo, ni tampoco la curación conseguida por su intercesión constituyen la razón de fondo para ser reconocido entre los santos y beatos del cielo. Ha sido su vida transformada por el fuego del amor de Jesús”, aseguró el obispo. “‘Mi proyecto de vida es estar siempre unido a Jesús’, había declarado con una convicción que parecía impropia de su edad (¿prejuicio de adultos aburguesados?)”, recordó.
“Llegará el día -y yo lo espero sinceramente- en que para beatificar o canonizar a un bautizado ya no se necesite más un milagro. Que baste leer el Evangelio hecho carne en la vida de esos hombres y mujeres que, como Carlo, se han dejado llevar por el Espíritu de Jesucristo”, consideró el prelado.
“La Iglesia ensaya hoy nuevos caminos evangelizadores. La pandemia nos ha puesto a repensarlo todo: que es lo que realmente cuenta, cómo se anuncia el Evangelio, cómo se celebra realmente la fe, cómo se está cerca de los que sufren, de los caídos. En definitiva, cómo se vive la fe en el hoy de este incierto presente”, destacó.
En ese sentido, expresó: “Es lo que tenemos que hacer. ¡Faltaba más! Pero lo cierto es que, en medio de todos esos afanes, el santo humor de Dios nos manda este chico italiano, poniendo las cosas en su lugar. Así, de repente, empieza a conquistar los corazones con su sonrisa y alegría de vivir; incluso con sus muecas de adolescente, pateando un fútbol o entusiasmado con un videojuego. Pero, sobre todo, con la desarmante sencillez con que vive y difunde su fe cristiana, con su amor a María y a la Eucaristía, la autopista que lo llevó al cielo”.
“Y los pobres. El día de sus exequias, desfilaron delante de sus restos, conmovidos y agradecidos por ese ‘ragazzino’ que tantas veces les había tendido la mano. Tal vez sin saberlo, y con ese gesto, ellos adelantaron la solemne celebración litúrgica de su beatificación y su pronta canonización”, afirmó.
“Sonríe Carlo, y con él, María, Francisco y Clara de Asís y todos los santos. Y, como en la Misa, nosotros nos unimos a sus voces y a la alegría de una vida plena por el amor. Mucho más en este ‘domingo de las misiones’. Carlo es un magnífico ejemplo de lo que significa la misión: ‘fuego que enciende otros fuegos’, en palabras de otro cristiano con traje de fiesta: Alberto Hurtado”, sostuvo.
“¡Ojalá podamos vestir un traje de fiesta parecido al suyo para entrar a gozar del banquete de la vida que Dios nos ha preparado!”, anheló monseñor Buenanueva. “Con su amplia sonrisa, Carlos nos está diciendo que hay talles para todos. También para quienes no damos con la medida, más por defecto que por exceso”, concluyó.+