Los jóvenes porteños celebraron al beato Carlo Acutis
- 16 de octubre, 2024
- Buenos Aires (AICA)
Organizado por la Vicaría de Jóvenes, el encuentro tuvo lugar en la parroquia San Lucas, de la Pastoral Universitaria, e incluyó una merienda solidaria con personas en situación de calle.
En honor al beato Carlo Acutis y a su amor por la Eucaristía, la Virgen María y los más pobres, la Vicaría de Jóvenes de Buenos Aires organizó un encuentro en la parroquia San Lucas, de la Pastoral Universitaria, y una merienda solidaria con personas en situación de calle en la Plaza Houssay, donde se encuentra ese templo porteño.
La jornada comenzó con una misa compartida con los jóvenes de la ciudad, presidida por el obispo auxiliar Alejandro Pardo. Fue una celebración sencilla, en la que el prelado reflexionó sobre la santidad y la alegría de ser jóvenes seguidores de Jesús.
Los tres pilares de la santidad
Al finalizar la misa, el padre Alejandro Pavoni compartió su testimonio de amistad con el próximamente santo Carlo Acutis. Destacó tres pilares de su vida de amor a Dios: la Eucaristía, la Virgen María y la cercanía a los más pobres. "¡A Carlo no lo busqué, él me fue encontrando", afirmó el sacerdote, que compuso la canción "Soy Carlo", junto al proyecto digital Iglesia Millennial.
Las frases más conocidas del beato son una muestra de sus amores más grandes: "María es la única mujer de mi vida", aseguraba Acutis, quien rezaba el Rosario todos los días, con la certeza de que la Virgen guía por el camino más directo hacia el cielo.
A pesar de su corta vida, este joven italiano demostró su gran fe desde muy pequeño. Su niñera le presentó la Iglesia católica y los sacramentos, y el niño se enamoró de la Eucaristía. "La Eucaristía es mi autopista al cielo", decía, y participaba de la celebración de la misa todos los días. Incluso realizó una investigación de los milagros eucarísticos ocurridos en todo el mundo, sobre los cuales se ha formado una exposición itinerante.
Con sólo 15 años de edad, Carlo sobrellevó con alegría y entrega una leucemia letal que lo condujo a la muerte. El día de su velorio, muchas personas en situación de calle se acercaron a despedir sus restos, asegurando que el joven les había compartido su comida y su abrigo sin que sus padres lo supieran, dejando en evidencia su amor por los más necesitados.
Siguiendo el ejemplo de Carlo Acutis, los jóvenes continuaron luego el encuentro con una adoración al Santísimo. Alimentados por el encuentro con Jesús, se dividieron en diferentes grupos: mientras algunos continuaron la oración con cantos y reflexiones, otros salieron a los alrededores de la Plaza Houssay para invitar a las personas en situación de calle a compartir una merienda.
A las puertas de la parroquia, compartieron testimonios sobre el joven beato, que sorprendió y generó curiosidad entre los presentes que se acercaban a preguntar más detalles sobre su vida. "Ser santos es dejar que Dios actúe en nosotros y nos impulse a ser lo que estamos llamados a ser", reflexionaron los jóvenes en el cierre del encuentro.+