Mons. Bokalic: 'Que Mama Antula nos confirme en la fe'
- 10 de febrero, 2024
- Roma (Italia) (AICA)
En vísperas de la canonización de la beata santiagueña, el obispo de Santiago del Estero presidió la misa de la vigilia en la iglesia San Ignacio de Roma.
El obispo de Santiago del Estero, monseñor Vicente Bokalic CM, presidió este sábado 10 de febrero en la iglesia San Ignacio de Roma, la misa de la vigilia de la canonización de la beata Mama Antula.
En la homilía, el prelado señaló: “Ella fue traspasada por el amor de Dios, porque ese era su centro, ese era fundamento de su vida. Ella que experimentó hondamente el amor de Dios. Por eso, conmovida por ese amor, o movida por ese amor, sale al encuentro, sale a comunicar ese amor de Dios, ese fue el lema de su vida. Llevar el amor de Dios a todas partes”.
“María Antonia vivió esa escuela, y fue ciertamente en esa escuela donde aprendió a conocerlo a Jesús, a experimentarlo a Jesús, como diríamos con San Pablo, a revestirse de los sentimientos de Cristo Jesús”, continuó.
Mons. Bokalic instó a "reflexionar en cómo María Antonia de San José entró en el Espíritu del Señor, cómo fue revestida por el Espíritu del Señor. Seguramente que fue tocada por el Señor con esa gracia de la conmoción interior”. Y agregó “Porque esta es la compasión: es la conmoción interior frente al sufrimiento, frente al mal. No es decir ‘pobrecito’. La conmoción es esa moción interior que lleva a la acción”.
“También nosotros hoy -dijo- prontos a celebrar la canonización de María Antonia de San José, podemos mirar a ella como a tantos santos. Aquella que nos enseña este camino. Ella fue un poco el reflejo, ¿no? De esa santidad de Dios, ese reflejo del amor de Dios. Pero un amor que se hace obra. Que no se queda en bellos sentimientos, en bellas reflexiones”. “Es un amor que se refleja, se expresa en obras, en encuentros, en cercanías, en ensuciarse, embarrarse. Para poder salvar, para poder rescatar, para poder liberar, para ayudar a ponerse de pie”, manifestó.
El obispo santiagueño aseguró que María Antonia “salió al encuentro”. “Desde su encuentro con el Señor, no se quedó tranquila, disfrutando de bellas reflexiones. Aquello que encontraba en su encuentro con el Señor, la llevó, le abrió los ojos, sintió la compasión ante tantos hombres y mujeres de su tiempo que necesitaban de la luz, de la verdad, de la paz, de la gracia, el perdón, que necesitaban del pan, que necesitaban del reconocimiento de su dignidad”, enfatizó.
En tanto -recordó- “era una sociedad también con mucha discriminación, con muchas desigualdades sociales. Ella superó prejuicios. Qué bueno es mirar a Antonia en esta actitud. Fue lo que después ha hecho desde su Santiago natal. Desde sus inicios como misionera, como peregrina, habiendo estado tantos años al lado de sus maestros jesuitas, llegó la hora de ella, de vivir aquello que había aprendido”.
Salió al encuentro de los hermanos. Es lo que hoy nuestro Papa Francisco nos pide, nos exhorta, nos enseña permanentemente: a ser una iglesia en salida, una iglesia de acercarnos a aquellos que están en los márgenes de la vida, a aquellos que están en las periferias geográficas y existenciales de nuestra vida. Saber tocar la carne de Cristo, la carne dolorida de Cristo. Seguir este testimonio, el ejemplo de María Antonia en este tiempo que nos toca vivir. Es vivir estas actitudes fundamentales, ese encuentro profundo con el Señor, pero que nos lleva a los hermanos, y especialmente a los hermanos más abandonados, más alejados.
Finalmente, monseñor Bokalic expresó: “Vamos a pedir en esta Eucaristía, los que tenemos la gracia de estar aquí, muy unidos a tanta gente que en nuestra patria, en nuestro Santiago, en este momento, están haciendo la vigilia como nosotros”.
“Que María Antonia de San José, nuestra Beata Mama Antula, nuestra santita próxima, nos ayude en este camino, nos renueve. Que podamos vivir en nuestras comunidades este Espíritu y contagiar nuestras comunidades y nuestra iglesia, de toda nuestra patria, y llevarlo a aquellos que más necesitan de la presencia, de la gracia, de la salvación. Que ella nos ayude en este camino y nos confirme en la fe, que así sea”, concluyó+.