La Catedral de San Elías en Alepo resurge de las cenizas
- 29 de julio, 2020
- Alepo (Siria) (AICA)
Luego de su reconstrucción, tras los enormes daños sufridos durante la guerra civil que devastó a Siria, reabrió sus puertas la catedral maronita de San Elías, de Alepo.
“Un signo de esperanza”, así definen la reconstrucción y reapertura oficial de la catedral maronita de Alepo, Siria, que lleva el título de San Elías, ubicada en el suburbio Al Jdeydeh, reconstruida por fondos recaudados por la Asociación Ayuda a la Iglesia que Sufre (AIN).
El templo se reabrió luego de la correspondiente rehabilitación como parte del proyecto de renovación de la Ciudad Vieja de Alepo. Junto con la catedral se reinauguró, frente a su fachada, el monumento del obispo Jermanios.
La celebración oficial, tuvo lugar la semana pasada, y contó con la participación de dignatarios religiosos cristianos e islámicos del país, incluyó la proyección de un cortometraje sobre los daños que afectaron a la catedral debido a las agresiones terroristas, además de los esfuerzos realizados para rehabilitarla, incluyendo la construcción de fachadas y paredes dañadas, la cúpula de piedra y la instalación del techo de madera.
Construido en 1873, el templo fue alcanzado por misiles de mortero en al menos tres ocasiones entre 2012 y 2016. En la reapertura, el arzobispo maronita de Alepo, el obispo Yousef Tobaji, ofició el servicio religioso y brindó palabras de apertura.
El obispo afirmó que la rehabilitación de la catedral, que fuera un testimonio vivo de la dureza de la guerra, es un mensaje al mundo de que la vida es más fuerte que la muerte, así como que el bien derrota al mal y la paz siempre triunfa sobre la guerra.
Por su parte, en representación de la comunidad islámica siria, el Gran Mufti de la República, Sheij Ahmad Badreddin Hassoun, enfatizó que la rehabilitación de la catedral es una carta de desafío al terrorismo que en su criminal accionar apuntó a los lugares de culto, mezquitas e iglesias.
A su vez afirmó el mufti que Siria seguirá siendo el lugar de nacimiento de las religiones celestiales y una fuente de luz para todo el mundo, y agregó que los años de guerra en Siria destruyeron las piedras pero no pudieron dañar la fe interior de ninguno de los sirios.
El acto contó con la participación y representación del Patriarcado Maronita, con sede en Beirut, Líbano, monseñor Yousef Matar, que dio lectura a una carta enviada por el patriarca maronita, Bechara Boutros al-Rahi.
"Esta gran escena hoy en la catedral expresa el mensaje de que los cristianos y musulmanes, somos hermanos en Siria, Líbano, Palestina y Jordania y que nuestro destino es uno”, dijo el patriarca en su carta, destacando la fraternidad entre los creyentes.
También el nuncio apostólico en Damasco, monseñor Mario Zenari, transmitió la carta del papa Francisco, en la que felicitó a los hermanos maronitas por el destacado hecho, subrayando que la reapertura de la iglesia que se levantó de entre los escombros, dirige un mensaje al mundo de que la guerra no es inevitable, sino que la paz es una fuente de vida.
La catedral de St. Elijah, ubicada en el barrio de Al Jdeydeh de Alepo, tiene una larga historia, fue construida en 1873 y renovada en 1914, reemplazó una pequeña iglesia del siglo XV que ocupaba el mismo sitio. Entre 2012 y 2016, la catedral registró al menos tres fuertes ataques con misiles y numerosos incidentes menores. Los daños más severos fueron en 2013 cuando los yihadistas irrumpieron en esa parte de la ciudad, tratando de destruir toda señal cristiana.
Después de que esa parte de la ciudad fuera liberada por los rebeldes en 2016 y luego de estar en ruinas durante cuatro años, la catedral abrió de nuevo sus puertas para Navidad.
De los 1,5 millones de cristianos que vivían en el país antes de la guerra civil, se calcula que queda un tercio. En Alepo, según fuentes de la fundación AIN las cifras son muy parecidas, había unos 180.000 cristianos antes de la guerra, de los que se calcula que han quedado no más de 30.000. Esto nos da una idea de lo dura que ha sido la guerra civil y sus consecuencias para los cristianos sirios.
La catedral acogerá a la comunidad cristiana maronita que, aunque no es la más importante en número, realiza una gran labor social de ayuda humanitaria en la ciudad. “Nuestro deseo es quedarnos, no solo porque nacimos aquí o porque estuviéramos aquí porque no nos queda otra solución sino porque es nuestra ‘misión’. Y no tenemos otro lugar para reunirnos que no sea esta catedral, somos una familia y mi intención era renovar la casa común que nos une y nos acoge”, dijo monseñor Joseph Tobij a AIN.
Thomas Heine-Geldern, presidente ejecutivo de la fundación internacional AIN, la cual ha aportado la mayor parte de los fondos para la reparación del templo, al no poder asistir a los actos, debido a la situación actual de restricciones por la pandemia, envió un mensaje por video:
“Estoy muy triste porque no me es posible unirme a ustedes en este día de alegría. AIN ha estado presente durante los tiempos más difíciles. Hubiera sido muy agradable si hubiéramos tenido la posibilidad de estar juntos hoy. Las circunstancias no lo permiten, pero vemos la catedral de San Elias y es un milagro. Es fantástico que brille con su viejo esplendor. Deseo que se convierta nuevamente en el centro de toda la comunidad cristiana, como lo fue antes de esta terrible guerra.”
Entre 2011 y 2019, la fundación apoyó 900 proyectos por un total de 37 millones de euros. En estos momentos, ACN desarrolla más de cien pequeños y grandes proyectos en Siria. +