Kazajistán: Obispos anhelan que la visita del Papa fortalezca la armonía interreligiosa
- 8 de septiembre, 2022
- Almaty (Kazajistán) (AICA)
El presidente del episcopado kazajo, explicó que en el país conviven en relativa armonía más de un centenar de grupos nacionales y étnicos, así como una cuarentena de confesiones religiosas.
El obispo de Almaty y presidente de la Conferencia Episcopal de Kazajistán, monseñor José Luis Mumbiela, afirmó que el papa Francisco “valora mucho” la búsqueda de paz y concordia entre religiones, etnias y nacionalidades de Kazajistán, y dice que “viene a apoyarla”. En el país conviven en relativa armonía más de un centenar de grupos nacionales y étnicos distintos, así como una cuarentena de confesiones religiosas.
Monseñor Mumbiela participó de una rueda de prensa en línea, organizada por la Fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN), en la que se refirió al Congreso de Líderes de Religiones Mundiales y Tradicionales en el que participará el papa Francisco en su visita a Nursultan, capital de esta república centroasiática de más 2,7 millones de kilómetros cuadrados y solo 18 millones de habitantes.
“El objetivo último del Congreso, subrayó el prelado, este miércoles 7 de septiembre, es “que las religiones se comprometan, todas, con la paz mundial”: concienciar de que “la religión nunca puede ser un instrumento para el mal” y de que todo sentimiento religioso “auténtico” conduce siempre a la paz y a la concordia. “La religión es un camino de paz, y si hay terroristas eso no es religión”, recordó.
El Congreso de Líderes de Religiones al que va a asistir el Santo Padre tiene su “prehistoria” en los encuentros de religiones convocados por san Juan Pablo II, según el obispo, que confiesa sentirse “muy contento y orgulloso” de que haya sido su país de misión el que haya recogido el testigo de la llama del “espíritu de Asís”, en lo que ha calificado de “un gesto profético”.
El obispo, de 53 años, originario de Huesca (España) reconoce asimismo que al igual que la visita de Juan Pablo II de 2001, acaecida solo diez días después de los atentados del 11-S, sirvió “para apoyar la independencia” de Kazajistán tras la disolución de la Unión Soviética, la llegada de Francisco ahora representa “un apoyo al gobierno” del presidente Tokayev tras las revueltas vividas en el país el pasado mes de enero, que no pudieron ser sofocadas más que con el envío de tropas por parte de la Rusia de Putin.
Ausencia del patriarca Kirill
El presidente del episcopado de Kazajistán restó importancia a la ausencia del patriarca Kirill de Moscú en el Congreso, cuya presencia en un primer momento parecía asegurada. “El hecho de que no venga el patriarca no hay que verlo como una ruptura o un fracaso”, dijo. “Se da una importancia mediática excesiva al hecho de que venga o no. Si viene, bien, estupendo, genial, pero si no, no pasa nada: se continúa el diálogo, se envía una delegación, y el Vaticano sigue con sus diálogos por otros lados”. El diálogo con la Iglesia ortodoxa rusa no está roto, señaló.
El obispo de Almaty afirmó, asimismo, que desconoce si el Papa va a decir algo sobre la guerra de Ucrania -”no tengo ni idea”- y constató que “es complejo tener a todos contentos” y que el Santo Padre es criticado “diga lo que diga”. “Yo creo, observó, que lo que diga el Papa bien dicho estará; lo tendrá bien pensado y rezado, y lo dirá midiendo todas las palabras. Es consciente de dónde está, de quién lo oye, y de por qué está”.
Lo que sí ha confirmó el prelado es que el Santo Padre limitará mucho sus movimientos por consejo de los médicos. “Una de las propuestas que hicimos los obispos para preparar la visita era que fuera a Karaganda o a algunos de los lugares de represión soviética, pero la situación física del Santo Padre no permite grandes cosas, pues está muy limitado. Economizará todos sus movimientos, incluso dentro del programa ya establecido”, afirmó.
Excelentes relaciones con el gobierno
Monseñor Mumbiela ha calificado de “óptimas” la relación de la Iglesia católica con el gobierno. “Estamos muy contentos de la libertad religiosa que existe en este país y del espíritu de diálogo que hay por parte de sus autoridades”, afirmó antes de explicar que los ciudadanos tienen plena libertad para vivir sus creencias, aunque las autoridades procuran que no haya una excesiva manifestación de lo religioso en el espacio público. “Se tiene que cumplir la normativa burocrática que marca la ley, al igual que en todos los países, pero con lo que hay, la gente, católica o no, puede vivir su fe sin ningún problema y en paz. Las manifestaciones externas de esa fe tampoco son tan necesarias”.
La visita papal es percibida por la Iglesia local —en torno al 1% de la población— como “una gran fiesta de familia”. “En esta tierra se quiere mucho al Santo Padre, independientemente de quien sea. Al Papa se lo espera y se lo quiere”, concluyó monseñor Mumbiela expresando su gran amor a Kazajistán, país en el que vive desde hace más de veinte años.+