En su discurso a la comunidad del Colegio Penitenciario Vaticano, el pontífice les pidió a los confesores no ser "psiquiatras", escuchar con mansedumbre y perdonar siempre. "Perdona todo", expresó.
Que ame el silencio, que sea magnánimo de corazón y que sea ministro de misericordia. Si todo ese se pone en práctica, dijo Francisco, "los confesionarios ya no estarán abandonados".
"La tarea del confesor es perdonar, no torturar. Sean misericordiosos, grandes perdonadores, así los quiere la Iglesia", pidió el Santo Padre a la comunidad del Colegio Teutónico de Roma.
Francisco habló con los participantes del XXXI Curso sobre el Foro Interno, promovido por la Penitenciaría Apostólica, sobre el sacramento de la Reconciliación y les dio consejos a los confesores.