En el Tinkunaco, Mons. Braida animó a superar las grietas y cuidar la vida
- 20 de agosto, 2019
- Las Padercitas (La Rioja) (AICA)
Convocados por el lema "Tinkunaco hoy, por una cultura del encuentro, la paz y la vida", miles de fieles de la diócesis de La Rioja peregrinaron el domingo 18 de agosto hasta la Puerta de La Quebrada, en las Padercitas, donde participaron de la Eucaristía para recordar el tinkunaco o encuentro entre el Niño Jesús Alcalde y san Francisco Solano. En su homilía, el obispo diocesano, monseñor Dante Braida, instó a trabajar con valentía para construir la cultura del encuentro.
La peregrinación a Las Padercitas se remonta a la mediación de paz realizada por san Francisco Solano, evangelizador de las tierras riojanas, cuando el pueblo diaguita decidió atacar el asentamiento español. Según cuenta la historia, el santo fue al encuentro de los diaguitas con su violín y una imagen del Niño Jesús, y gracias a la paz lograda, la imagen pasó a conocerse como "el Niño Alcalde".
En esta oportunidad, acompañó la peregrinación la imagen de Nuestra Señora del Valle, traída especialmente desde la diócesis vecina de Catamarca por invitación de la comunidad franciscana. El intendente de la capital riojana, Alberto Paredes Urquiza, participó del acto de bienvenida y la declaró Huésped de Honor.
Al respecto, fray Jorge Lezcano, del convento franciscano de La Rioja, comentó que "desde hace 101 años hacemos esta peregrinación, y este año repetimos lo hecho en el Centenario, con la presencia de la Virgen del Valle".
El Tinkunaco con las sagradas imágenes se llevó a cabo cerca del mediodía, cuando la imagen de San Francisco Solano fue recibida por el Niño Alcalde. En ese marco, los peregrinos compartieron la Eucaristía presidida por el obispo.
En su homilía, monseñor Braida señaló que "San Francisco Solano es un gran misionero de América Latina, que siguiendo los pasos de San Francisco de Asís llegó a esta tierra anunciándola con palabras y sobre todo con el modo de vivir: austero, comprometido y alegre".
"Uno de los más grandes desafíos San Francisco Solano lo vivió aquí mismo, en este lugar, cuando estuvo a punto de estallar una guerra entre habitantes de los pueblos originaros y los españoles recién llegados a estas tierras, que con las fuerzas de las armas pretendían imponer su superioridad explotando a los aborígenes. Francisco Solano comprendió que la vida de ambos era valiosa y que merecía ser cuidada y defendida", señalando las similitudes con la actualidad y la necesidad de superar la "grieta".
"Este lugar donde hoy estamos reunidos, si esto no pasaba, sería recordado como un lugar de batallas, donde una masacre hubiese sucedido, sin embargo, termina siendo un punto de encuentro donde dos culturas pudieron dialogar, reconocerse, respetarse y ayudarse en su crecimiento, este es el lugar del Tinkunaco original que tiene que seguir inspirando toda nuestra vida social también en este tiempo", consideró el prelado.
"Hoy, siguiendo los pasos de San Francisco Solano y de nuestros mártires estamos llamados a iluminar y a trabajar para abordar evangélicamente las numerosas situaciones de tensión social que nos afectan para que la justicia y la paz sean una realidad", exhortó el prelado, y precisó que "para ello es necesario tomar conciencia de las situaciones que hoy nos enfrentan y nos dividen para buscar la verdad, en el respeto, en la escucha y en el diálogo".
Asimismo, aseguró que "mirando el interior de nuestras comunidades, si hay algo que daña la paz son las habladurías y los chismes, comentarios innecesarios que resaltan los errores y el pecado. Jesús nos invita a ver lo bueno y positivo en el otro", recordó.
En ese sentido, monseñor Braida se refirió a la actualidad: "Nuestra sociedad también experimenta numerosas grietas que nos llevan a vivir momentos de tensión y muchas veces de descalificación cuando quien está de uno o de otro lado cree tener toda la verdad".
"Ante una situación similar San Francisco Solano buscó valorar la verdad que hay en ambas partes. Sin dudas este camino requiere mucha escucha del otro para comprender su posición, requiere mucha apertura para aceptar sus propuestas que pueden ser de gran ayuda para el bien común para contribuir al bien de todos, requiere mucha humildad para aceptar que también nosotros podemos estar equivocados", reconoció y añadió: "Como San Franciscos Solano, el creyente sabe que enfrentar situaciones de conflictos, buscar la paz y construir una sociedad inclusiva no es un camino fácil".
En sus palabras finales, el prelado dijo que "hay un Tinkunaco que es fundamental en nuestra vida: que cada día se dé un verdadero encuentro con el Señor, que vaya sanando y transformando nuestra vida, y cuando se va dando descubrimos que vale la pena jugarse por el hermano y la hermana, y que toda vida tiene un valor infinito, también del que está en la vereda del frente y piensa distinto".+
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