El Vaticano pide a las universidades utilizar con responsabilidad la inteligencia artificial
- 14 de julio, 2023
- Milán (Italia) (AICA)
El cardenal José Tolentino de Mendonça, prefecto del Dicasterio para la Cultura y la Educación, habló sobre cómo implementar las mejores prácticas de las casas de altos estudios con el mundo de la IA.
"Renovación y conciencia: pensando el futuro de las universidades católicas": éste fue el tema abordado por el cardenal José Tolentino de Mendonça, prefecto del Dicasterio para la Cultura y la Educación, en la apertura de un coloquio científico sobre el futuro de las universidades católicas en la era de la Inteligencia Artificial, acogido por la Università Cattolica del Sacro Cuore, de Milán, los días 13 y 14 de julio, y organizado por la Strategic Alliance of Catholic Research Universities (SACRU), la red formada por ocho universidades católicas, presentes en cinco continentes.
El purpurado vaticano recordó que, de las universidades católicas, no solo se espera que "custodien activamente la noble memoria de los días pasados, sino también que sean sondas y cunas del mañana". Este es uno de los pasajes clave del discurso del prefecto a la luz del Magisterio del Papa Francisco sobre la misión de las universidades católicas.
El cardenal Mendonça explicó que deben "dialogar con lo nuevo, trabajar sin descanso en cuestiones y temas de actualidad, y constituirse en grandes laboratorios del futuro”. Asimismo, hizo hincapié en ese punto al referirse a la constitución apostólica Ex Corde Ecclesiae -que a su vez no hace sino confirmar lo afirmado por el Concilio Vaticano II en la Gravissimum educationis-, que insta a las universidades a una renovación constante basada, principalmente, en el concepto fundamental de "conciencia".
Arriesgar sin miedo, pero con discernimiento
El pasado marzo, en su discurso a los participantes en los "Diálogos Minerva", el papa Francisco recordó que "sólo formas de diálogo verdaderamente inclusivas pueden permitir discernir sabiamente cómo poner la inteligencia artificial y las tecnologías digitales al servicio de la familia humana”. En su discurso ante la ONU, el prefecto volvió a hacer suyas y compartir esas palabras, convencido de que "el futuro requiere una visión interactiva, una madurez poliédrica de la realidad y la audacia de asumir riesgos”. Al fin y al cabo, el propio papa Francisco ha dicho a menudo que está en el ADN del educador asumir riesgos.
Ciertamente, el riesgo al que siempre alude el Papa es un riesgo razonable, fruto, precisamente, de todas las valoraciones oportunas en el aquí y ahora. De hecho, observa el cardenal, se trata de "mantener las prioridades debidamente salvaguardadas". Citando el discurso del Papa en el Congreso Mundial promovido por la Congregación para la Educación Católica (2015), el cardenal Mendonça recuerda que siempre hay que tener en cuenta la prioridad de lo ético sobre lo técnico, la primacía de la persona sobre las cosas, la superioridad del espíritu sobre la materia, ya que "solo se servirá a la causa del hombre si el conocimiento se une a la conciencia".
La cuestión de la IA es una cuestión antropológica
El prefecto insiste, por tanto, en la necesidad de "reforzar una antropología integral, que inscriba a la persona humana en el centro de los principales procesos de civilización". La invitación es a una mayor inversión en la formación de cada individuo para "desarrollar el potencial cognitivo, creativo, espiritual y ético, y contribuir así, de manera cualificada, al bien común”. Lo que también subraya el cardenal es que las universidades, y las universidades católicas en particular, "no viven para sí mismas, como si fueran burbujas impermeables de la realidad”.
"No estamos, por tanto, ante mundos separados de la sociedad, afirma, y por eso debemos actuar para poner en marcha prácticas de colaboración, para un encuentro generativo de personas y culturas. Esto requiere inteligencia creativa, señala, pero también un discernimiento que no puede ser parcial, ni improvisado, sino sólidamente basado en los propios valores".
El prefecto volvió a llamar a apoyar lo que el Papa Francisco dijo durante su visita a Cagliari en 2013, oportunidad en la que instó a leer la realidad evitando aprisionarse en ideologías y a vivirla sin miedos, sin huidas y sin catastrofismos.
En este punto, el prefecto citó a Platón que, en el Fedro, se explayó sobre las razones opuestas de los partidarios del paso de la oralidad a la escritura y de sus detractores. Por un lado, el temor al olvido de las almas y, por otro, la confianza en una mejora de la memoria colectiva. Volviendo a la actualidad, el cardenal portugués reiteró que la entrada en el tema por parte de las universidades católicas, en una época marcada por el impacto, en gran medida aún por descubrir y regular, de la inteligencia artificial, nos obliga a un delicado ejercicio de responsabilidad.
El cardenal Mendonça concluye -repitiendo lo dicho por el Papa en la Asamblea Plenaria de la Pontificia Academia para la Vida en 2020- que existe una dimensión política en la producción y uso de la llamada Inteligencia Artificial, que no se refiere sólo a la distribución de sus beneficios individuales y abstractamente funcionales. "En otras palabras: no basta con confiar en la sensibilidad moral de quienes investigan y diseñan dispositivos y algoritmos, sino que es preciso crear cuerpos sociales intermedios que garanticen la representación de la sensibilidad ética de usuarios y educadores". En este sentido, el purpurado vaticano habla de una nueva frontera que podría llamarse "algor-ética".
Atesorando siempre el magisterio del Papa, la invitación final fue a globalizar no el miedo sino la esperanza, que, se recuerda, tiene una raíz ontológica, no siendo ni un accesorio ni una eventualidad.
Desafíos en la aplicación de la Inteligencia Artificial
El rector de la Universidad del Sagrado Corazón, Franco Anelli, también habló de esperanza. Recordando la rapidez con la que, sobre todo durante la pandemia, las tecnologías han irrumpido en los distintos campos de la enseñanza y de la investigación sanitaria, y aun más allá, reiteró la necesidad de no tener miedo, confiando en la capacidad de construir un nuevo sistema.
Mirar al año que viene -cuando se cumpla un siglo del nacimiento de la Federación Internacional de Universidades Católicas- significa también prepararse para saber cómo implementar las mejores prácticas de las universidades con el mundo de la IA, agregó.
Zlatko Skrbis, presidente de SACRU, repasó cómo la tecnología de la IA es crucial en los campos de la genética, los estudios medioambientales, la biología y la lucha contra el cambio climático. "Se abren puertas a colaboraciones en todos estos campos", señaló, haciendo hincapié también en cómo se puede crear más inclusión en la formación de personas con discapacidad, por ejemplo. En cualquier caso, la convicción que ha surgido es que la IA contribuye a construir sociedades más sostenible,s en las que no es tan cierto que el trabajo desaparezca, sino que puede potenciarse con la introducción de nuevos perfiles y profesionalidad. Detener estos procesos es ya imposible.
En la sesión plenaria del coloquio, moderada por Antonella Sciarrone Alibrandi, subsecretaria del Dicasterio para la Cultura y la Educación y ex vicerrectora de la Universidad del Sagrado Corazón, surgió un debate entre expertos en la materia a nivel internacional que, interactuando con los asistentes, se comprometieron a elaborar un documento público, como se ha anunciado, que podrá darse a conocer después del verano, sobre los resultados de este debate de dos días.+