El secretario general de la FCCO expresa su orgullo de pertenecer a la institución
- 3 de febrero, 2021
- Buenos Aires (AICA)
Daniel del Cerro expresó sus sensaciones al cumplirse 129 años de la fundación del primer Círculo Católico de Obreros y recuerda con afecto a las iniciativas de su fundador, el padre Federico Grote.
El secretario general de la Junta de Gobierno de la Federación de los Círculos Católicos de Obreros (FCCO), Daniel del Cerro, consideró “un orgullo” pertenecer a una institución de laicos que el 2 de febrero cumplió 129 años de existencia.
“Es un orgullo pertenecer a esta institución de laicos que lleva ya transitando tres siglos porque nació en 1892 en el siglo XIX y transitó la parte final de ese siglo, todo el siglo XX y ya llevamos 21 años de este siglo XXI. Son muy pocas las instituciones de tantos años y más católicas que están vigentes”, destacó en declaraciones realizadas en el programa radial “En Clave Grote”, que conduce Tito Garabal.
Del Cerro valoró que “el fundador (padre Federico Grote), inspirado en la encíclica Rerum novarum, en sus inicios, luchó en los Círculos por los derechos del trabajador, la protección de la mujer en el trabajo, la protección de los menores en el trabajo y, por supuesto, la gran Ley que fue el emblema y la lucha de Grote, la ley del descanso dominical”.
“Pensemos que no se descansaba los domingos, él es el iniciador de esta lucha para lograr el descanso dominical y que el día domingo sea no laborable. Por eso muchos de los sindicatos actuales se han nutrido de la Doctrina Social de la Iglesia”, señaló.
El dirigente de la FCCO recordó los inicios institucionales afirmando: “Grote fue un adelantado, un sacerdote ejemplar, un santo de Dios, un hombre con un gran ímpetu misionero, típico de los redentoristas, y ese espíritu avasallante que tenía no fue entendido en su inicio, lamentablemente. No todo el clero lo comprendía aunque hubo sacerdotes que sí lo entendieron como el padre Brassesco, de Balvanera, o el padre Orzali, en Santa Lucia que se sumaron”.
“Al principio -reconoció- costó entender la idea pues al no ponerle la palabra “católico” que hacía confesional a la institución generó dificultad. Hay que ponerse también en la mente de ese momento pero pudo ver el éxito, el desarrollo de los círculos cuando todos empezaron a sumarse”.
Del Cerro comentó que “el desarrollo tuvo mucho que ver con el apoyo de las jerarquías porque esta institución está pensada con un sacerdote y laicos. Al fundador Grote, lo acompañó el incansable Antonio Solari, Siervo de Dios”.
“El gran apoyo y el desarrollo que tuvo fueron porque a través de cartas pastorales los obispos de Buenos Aires indicaban al resto de los obispos que fomenten la creación de Círculos. Eso facilitó la tarea de expansión de los Círculos por todas las ciudades del interior con más de 130 Círculos y los sacerdotes lo fomentaban en las parroquias”.
Asimismo, indicó que ese legado se vio en otras leyes sociales como La Ley del Aprendiz, que “fue la semilla que sembró Grote y después a través de las décadas dio sus frutos en el año 1944. Ya Grote no estaba en los Círculos pues había renunciado en 1912”.
“Hay un hecho histórico recordó: el entonces coronel Perón agradece a las Vanguardias Obreras Católicas esa ley de protección y de capacitación del joven obrero y lo hace en nuestra sede central de la calle Junín”.
“Precisamente los Círculos originaron las Vanguardias Católicas, fundadas en el Círculo de Palermo en 1933, que apuntaba a la rama juvenil, a los continuadores, “el semillero” de la institución. La idea es formar jóvenes y hasta hoy seguimos con esa instancia, trabajando con todos los jóvenes”.
Del Cerro es considerado una de las personas que mejor conoce la vida del padre Grote, por lo que, con emoción, invita a admirarlo en toda su dimensión: “Nunca se quedó con lo realizado y siempre buscó nuevos caminos evangelizadores”.
“Renuncia a los Círculos en 1912 y deja la obra de su corazón, que fueron los Círculos, y seguía evangelizando, seguía misionando. Muere en 1940. Lo leemos recorriendo el interior con las misiones, que son características de la Congregación Redentorista, por toda la Argentina. Trabajó mucho con los correccionales de menores donde hace una gran tarea. Un hombre admirable y hasta último momento colaboraba en todas las misiones que le encargaban, también fue superior en Montevideo. Un apóstol de los trabajadores”, sostuvo.
“Los Círculos crecieron porque la fórmula es muy buena: laicos con sacerdotes, el sacerdote que ilumina y el laico que pone todo su compromiso apostólico al servicio del bien común. En esa conjunción está el secreto de la institución. Por eso es muy importante la presencia de los asesores espirituales que son el alma, la parte espiritual, y los laicos comprometidos. Por eso permanece hasta hoy. Grote dice que cuando recorría la cantidad de Círculos que habían crecido a lo largo y a lo ancho del país durmió en el tren tantas noches como las que durmió en su celda del convento. Y no eran como los trenes de ahora. Su presencia era iluminadora y motivadora para alcanzar los objetivos de la institución. Promover el bienestar material y espiritual de los trabajadores. Por eso creo que los unió y los motivó… y llegamos a estos 129 años”.
El referente de la FCCO puntualizó que al padre Grote “lo sostienen dos pilares: la salud y la educación”, y valoró que hasta hoy se sigue con esos dos pilares, por eso la institución, detalló, “tiene esa inclinación a la salud a través, actualmente, de su obra mayor que es el Sanatorio San José, la Clínica de Jáuregui, los consultorios de San Isidro, las salitas de primeros auxilios en la zona rural de Goya, y la actividad en otros Círculos, el ISEAZ, el ICES que es fruto, en la Federación, del pedido del Concilio Vaticano II de fomentar estos institutos de formación cristiana de periodistas y comunicadores”.
Del Cerro no deja pasar que una vez fundado el primer Círculo, el 2 de febrero de 1892, un año después el sacerdote realiza junto con 400 hombres una peregrinación a Luján, la primera de la historia, el 29 de octubre de 1893.
“Grote era muy amigo de otro gran sacerdote, el Padre José María Salvaire, quien gestona y proyecta la actual Basílica y Santuario de Lujan, que funda en los primeros años (Siglo XIX) el Círculo de Luján que tiene más de cien años. Grote hace esta gran peregrinación junto con sus obreros para inculcar el amor a la Virgen y prometerle a la Virgen que todos los años iba a sus pies para pedirle la protección de la obra. Y lo seguimos haciendo”, afirmó.
El secretario general de la FCCO animó a los miembros a no decaer “después de este 2020 tan difícil para los Círculos en todo aspecto. El aspecto económico, también hay que considerarlo, porque sobrevivir a esta pandemia económica se estuvo haciendo muy difícil”.
“Por eso quiero animarlos a renovar la esperanza sabiendo que vamos a salir de toda esta problemática que se nos ha presentado, y que con oración, con sacrificio y con acción vamos a salir adelante”, concluyó.
Más información: www.fcco.org.ar. +