El pedido del obispo castrense a la patrona de la Armada Argentina
- 19 de agosto, 2021
- Buenos Aires (AICA)
"Que podamos hacer carne el Evangelio y anunciarlo y predicarlo con alegría y gozo, con nuestras vidas", expresó Mons. Santiago Olivera al presidir la fiesta en honor de Nuestra Señor Stella Maris.
El obispo castrense, monseñor Santiago Olivera, presidió el miércoles 18 de agosto la celebración eucarística por la solemnidad de Nuestra Señora Stella Maris, patrona de la Armada Argentina y de la Prefectura Naval Argentina (PNA), en la catedral bajo esa advocación mariana del barrio porteño de Retiro.
La misa, en la que también se conmemoraron los trece años de la ordenación episcopal de monseñor Olivera, fue concelebrada por el vicario general, monseñor Gustavo Acuña; el canciller y capellán mayor de la Armada Argentina, presbítero Francisco Rostom Maderna; el capellán mayor del Ejército, presbítero Eduardo Castellanos; el capellán mayor de la Fuerza Aérea, presbítero César Tauro.
También el capellán mayor de la Gendarmería Nacional, presbítero Jorge Massut; el capellán mayor de PNA, presbítero Diego Tibaldo; el capellán mayor de la PSA, presbítero Rubén Bonacina; el rector de la catedral castrense, presbítero Diego Pereyra; el rector del Seminario Castrense, presbítero Daniel Diaz Ramos; el confesor ordinario del Seminario, monseñor Alberto Pita, y capellanes castrense de las Fuerzas Armadas y Fuerzas Federales de Seguridad.
La celebración eucarística fue transmitida por redes sociales a raíz de las restricciones por la pandemia y contó con la presencia de una delegación reducida de autoridades, efectivos y files de la Armada Argentina y de Prefectura Naval Argentina.
En la homilía, monseñor Olivera compartió su experiencia y cercanía con la Virgen. “Es como el asombro ante un Dios Providente y la presencia de María en nuestra vida, que a veces por medio de signos que uno contempla asombrado, descubrimos esos regalos del Señor, con presencia mariana”, expresó.
Asimismo, describió su devoción por la Virgen del Carmen, que lo acompañó durante su vida en la diócesis de Morón y que también lo guió luego en su ministerio episcopal en Cruz del Eje (Córdoba), y por la imagen de Stella Maris que mantiene en su despacho en estos cuatro años en el obispado castrense.
“Jamás pensé, ni se me ocurría que sería enviado a la diócesis castrense, donde su catedral lleva el nombre de Stella Maris; así que, le doy gracias a ella y lo cuento, como un padre les cuenta a sus hijos, las alegrías y la relación espiritual que tengo con la Madre”, expresó.
“Que podamos experimentar que María nos toma de su mano, que está atenta, que nos va cuidando”, deseó.
Monseñor Olivera animó a tener presente que "el Señor está en medio nuestro, que está entre nosotros, porque Él lo prometió, y María, por lo tanto, también está entre nosotros; dejémosle ver en nuestra vida, en nuestras instituciones, en nuestras familias, lo que falta".
"Quizá no falte el vino, pero ¿qué falta en este tiempo? ¿qué falta en nuestra Patria? ¿qué falta en nuestras comunidades? ¿qué falta en mi familia? ¿qué falta a mi para ser más y mejor discípulo de Jesús?”, se preguntó.
Refiriéndose a la vida, actitudes y experiencias como fieles, el obispo castrense destacó: “Somos testigos muchas veces de cristianos tibios y mediocres, somos testigos de cristianos cobardes o solo del templo, que no se meten como levadura, como sal, como luz, en sus realidades y en su mundo. Estamos llamados, y María nos invita hoy, en esta fiesta, y nos dice: 'hagan lo que Él les diga'”.
“'Hagan lo que Él les diga', en nuestras familias, 'hagan lo que Él les diga' en nuestra comunidad, 'hagan lo que Él les diga' en nuestra Patria. Situarnos, disponernos para hacer lo que Jesús nos dice; esta es la llamada. Somos cristianos no sólo cuando con los labios expresamos nuestra fe… No son los que dicen 'Señor, Señor', los que entrarán en el reino de los Cielos, sino aquellos que escuchan la Palabra y la ponen en práctica, la hacen carne”.
Casi en el final, monseñor Olivera invitó a pedirle a la Virgen en este día "que podamos hacer carne el Evangelio y anunciarlo y predicarlo con alegría y gozo, con nuestras vidas".
"Que la Virgen Stella Maris, quien nos lleva por las tormentas de la vida, camine siempre a nuestro lado, nos renueve en la fe, que sepa mirarnos, con atención a las carencias que tenemos y a las cosas que nos faltan, y la escuchemos susurrarnos con fuerza a nosotros, sus hijos: 'Hagan lo que Él les diga'”, concluyó.
Más información en www.obispadocastrenseargentina.org.+