Viernes 15 de noviembre de 2024

Cuda destacó la relevancia de las experiencias de solidaridad que nacen desde abajo

  • 2 de junio, 2023
  • San Juan (Puerto Rico) (AICA)
En su intervención en el XX Congreso Latinoamericano y del Caribe de Cáritas en Puerto Rico, la secretaria de la CAL destacó la riqueza espiritual de la región y la importancia del diálogo social.
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“¿Dónde estamos como Iglesia y como Cáritas?”. Es la pregunta que se planteó Emilce Cuda, secretaria de la Pontificia Comisión para América Latina (CAL), durante el XX Congreso Latinoamericano y del Caribe de Cáritas, en Puerto Rico, del que participan 120 representantes de la región en forma presencial y otros tanto de manera virtual.

Cuda comenzó su exposición afirmando que “hay que hablar de la riqueza, porque vivimos hablando de los pobres”. “Hasta que no hablemos de la riqueza, no vamos a solucionar la pobreza”, añadió. Inspirada en la Biblia, la teóloga argentina dijo traer una Buena Noticia: “El continente latinoamericano es maravilloso y estamos en el mejor de los mundos posibles, y tenemos las mejores condiciones para predicar y actuar el Evangelio”.

“Estamos muy bien”, aseveró Cuda, quien explicó los tres motivos para sustentar su comentario: “El pobre y el trabajador no es el otro, sino nosotros”; “Tenemos un Papa latinoamericano, y Cáritas son latinoamericanos hablando de América Latina, y eso es una gran noticia”; la riqueza que está en la organización.

Cuda destacó el concepto del discernimiento evangélico social comunitario, una práctica muy presente en el continente, que el Papa ha llevado a la Iglesia universal. También observó que la deuda externa que tienen los países latinoamericanos hace que cada niño que nace lo haga con una deuda impagable.

Prefirió no hablar de recursos, sino de riqueza: “Latinoamérica no es un recurso para el resto del mundo, es una riqueza para que todos tengamos vida en abundancia”, recordando el Documento de Aparecida. En esta línea, expresó que “América Latina está a la vanguardia en la capacidad de organización eclesial”, citando al Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) como ejemplo de una evangelización coordinada. “Hay un continente organizado episcopalmente, pero la gran novedad es la organización eclesial que existe en el continente, en la que participan obispos, laicos, diálogo ecuménico, organizaciones populares, ONG”, dijo.

La experta resaltó la riqueza y novedad de una organización eclesial que complementa y agranda lo episcopal, ayudando a solucionar problemáticas regionales.

Mostrando la importancia de Laudato si’ y Fratelli tutti, la especialista llamó a fijarse en el título en el que se habla sobre el cuidado de la casa común, insistiendo en el cuidado. Según Cuda, “podemos organizarnos de manera eclesial, episcopal o civil, pero el tema es en función de qué lógica”, que desde Laudato si’ nos lleva a percibir que “hay que cambiar la lógica de la productividad en función de la renta y la acumulación exclusiva, por una lógica que es la del cuidado”, que conlleva un nuevo modo de organización, no en función de los recursos y sí del cuidado de las riquezas.

Desde ahí, insistió en que “Cáritas sabe que toda acción de cuidado es un trabajo, pero también que todo trabajo es cuidado” y que todos cuidamos. Por eso la importancia de la experiencia mística comunitaria que Caritas tiene en ese campo y que puede aportar a otras organizaciones.

Coordinar experiencias de solidaridad
Refiriéndose a Fratelli tutti, Cuda subrayó la relevancia de las experiencias de solidaridad que nacen desde abajo, que tienen que confluir y ser coordinadas para hacerse efectivas, insistiendo en la coordinación. Para lograrlo, comentó que se necesita una brújula, como sugiere el Santo Padre. Una brújula que es el Evangelio, una herramienta, que son las redes eclesiales, y un ancla, que es la esperanza, que Cuda ve como las tres virtudes teologales expresadas en términos sociales, afirmando que “la esperanza es el dínamo que hace que la pasión se convierta en acción comunitaria”.

Cuda describió el trabajo de la CAL asegurando que esta institución “está para el cuidado de la vida y el desarrollo”, que se tiene que hacer de manera coordinada, en sinodalidad concreta. Para ello, es importante que se lleve a cabo en diálogo entre las diferentes redes eclesiales existentes, compartiendo las riquezas que se tienen, multiplicando así los talentos.

La labor que está realizando la CAL es la conexión Norte-Sur como camino para resolver los problemas existentes. Cuda relató iniciativas que organizó la institución en 2022 como los diálogos del Papa Francisco con jóvenes universitarios latinoamericanos y africanos. En dichos coloquios, los participantes expresaron sus clamores, ante lo que el Pontífice mostró como camino la organización a partir de su realidad, una experiencia que también será realizada en Asia.

Una organización que debe tener como fundamento el armar comunidad, con una mística eclesial y social, enfatizó la secretaria de la CAL, “y desde ahí logre que sus necesidades sean reconocidas como derechos”, una lucha histórica que ha hecho que hoy se tengan derechos, que en el caso de la Iglesia tiene como referencia los cuatro principios de la Doctrina Social de la Iglesia: dignidad humana, acceso universal a los bienes, solidaridad y subsidiariedad, que son el ancla que va a permitir salir adelante.

Para ello defendió la idea del puente como modo de entender el diálogo social, que busca solucionar el conflicto de intereses, analizando los diferentes elementos que contribuyen a ello, insistiendo en la organización, algo que la Iglesia tiene, citando diferentes ejemplos de ello en América Latina, que considera “columnas sólidas para que haya diálogo social”, lo que tiene que llevar a la Iglesia a dejar de quejarse.+