En su reflexión previa al Ángelus del segundo domingo de noviembre, Francisco aseguró que "desempeñar papeles de poder significa sacrificarse, tener ternura hacia las personas".
El Papa subrayó que no importan tanto las prácticas exteriores, sino amarse unos a otros. Recordó también que el amor a Dios y el amor al prójimo son "el corazón de la vida cristiana".
En sus palabras previas a la oración mariana, Francisco invitó a dejar de lado orgullo y deseos de poder y a estar preparados para servir. Exhortó a no convertirse en "dominadores" sino en "siervos".
"El camino a seguir es el de la caridad que no se guarda nada para sí, sino que lo comparte todo", señaló el pontífice en su reflexión previa a la oración mariana en la plaza de San Pedro.