El arzobispo emérito de Corrientes consideró que todos los bautizados tienen esa responsabilidad "ineludible", con el poder de los sacramentos y los carismas que el Espíritu Santo no deja de suscitar.
En la fiesta de san Felipe, el obispo destacó la labor diaconal como "uno de los rostros ministeriales de una Iglesia que se reconoce toda ella servidora, testigo de misericordia y misionera".
El obispo de Catamarca expresó su dolor y consternación por la violencia desencadenada en "la Tierra Santa donde late el corazón de las religiones judía, cristiana y musulmana".
El presidente del Episcopado hizo un paralelismo entre el Concilio Vaticano II, la convocatoria al diálogo de san Pablo VI y lo que está ocurriendo en la asamblea sinodal en desarrollo.