El arzobispo mayor ucraniano aseguró en una videoconferencia en Roma que su nombre figuraba entre los líderes religiosos "marcados para ser eliminados".
El jefe de la Iglesia ortodoxa de Constantinopla, de visita en Polonia, se reunió con el presidente del episcopado local y luego juntos abrazaron a los refugiados que huyen de la guerra.
Muchas personas se están "muriendo de hambre" y no sólo "por las balas del invasor", aseguró hoy el arzobispo mayor de la comunidad católica ucraniana y denunció "deportaciones forzadas" a Rusia.
Al analizar la dimensión espiritual del crisis bélica, el patriarca católico consideró que es "la confrontación más reciente de la manifestación del bien -la verdad de Dios-, y del mal -del diablo-".