Ucrania: el Papa pide un 'pedacito de humanidad' para lograr una solución diplomática
- 25 de febrero, 2024
- Ciudad del Vaticano (AICA)
En el segundo aniversario del inicio de la guerra, Francisco expresó en el Ángelus su dolor y su cercanía respecto de la población, que sufre "un conflicto que se está volviendo terriblemente largo".
Dos años, veinticuatro meses, 730 días: al dolor colectivo por una guerra, la de Ucrania, que no parece terminar y que ha llegado a su segundo aniversario, se une el del Papa que, al final del Ángelus, expresa su cercanía y pide que se encuentre "ese pedacito de humanidad", como impulso hacia una solución diplomática para una "paz justa y duradera".
Desde la ventana del Palacio Apostólico, el obispo de Roma pide el fin de este brutal conflicto que, afirma, "no sólo está devastando esa región de Europa, sino que está desatando una ola global de miedo y odio".
El pontífice utiliza superlativos para subrayar su "profundo afecto" por el "pueblo ucraniano torturado" y asegurar la oración "por las numerosas víctimas inocentes". Luego, frente a una plaza donde ondean banderas con la palabra "Paz", eleva su súplica a Dios y a quienes desempeñan funciones de responsabilidad en esas tierras asoladas por las guerras.
No olvidemos los conflictos en Tierra Santa y en todo el mundo
Las palabras del sucesor de Pedro llegan después de que, en las últimas horas, misiles S-300 cayeran sobre la ciudad de Kostiantynivka, destruyendo edificios, apartamentos, escuelas, tiendas, la iglesia y la estación de tren.
Por su parte, el ejército ucraniano también se atribuyó la responsabilidad de la muerte de 810 soldados rusos en veinticuatro horas.
Todo lo cual constituye un rastro de sangre y devastación que el Papa espera que cese pronto. No sólo en Ucrania, sino en todas aquellas zonas del mundo heridas por la guerra.
“No olvidemos rezar por Palestina, por Israel y por tantos pueblos desgarrados por la guerra, y ayudar concretamente a quienes sufren. Pensemos en tanto sufrimiento, pensemos en los niños heridos, inocentes...”, reflexiona.
Y prosigue: “Sigo con preocupación el aumento de la violencia en la parte oriental de la República Democrática del Congo. Me uno a la invitación de los obispos a rezar por la paz, esperando el cese de los enfrentamientos y la búsqueda de un diálogo sincero y constructivo”.
Los secuestros cada vez más frecuentes que se producen en Nigeria también son motivo de preocupación para el pontífice: “Expreso mi cercanía al pueblo nigeriano en la oración, esperando que trabaje para contener, en la medida de lo posible, la propagación de estos episodios”.
El Papa también se mostró cerca de la población de Mongolia, afectada por una intensa ola de frío, que está provocando graves consecuencias humanitarias.
Por último, saludó a los fieles de Roma y de diversas partes del mundo presentes en la plaza de San Pedro, en especial a los peregrinos de Jaén (España), a los jóvenes greco-católicos rumanos de París, y a las comunidades neocatecumenales de Polonia, Rumania e Italia.
“Saludo también a la Federación Italiana de Enfermedades Raras, al Club Cultural “Reggio Ricama”, a los miembros del Movimiento No Violento, a los voluntarios de la Asociación N.O.E.T.A.A. y a los hijos de la Inmaculada Concepción”, concluyó.+