Semana Santa es 'un tiempo de gracia', les recordó el Papa a cofradías españolas

En un videomensaje a las hermandades de Mérida, Francisco destacó la importancia de la Semana Santa para que quede una huella duradera en nuestras vidas.

El Papa Francisco dirigió un videomensaje a las numerosas cofradías de Mérida, España, que durante la Semana Santa realizan procesiones religiosas, desfiles y el tradicional viacrucis. “Muy pocas ciudades pueden vivir los días que cambiaron la historia de la humanidad en entornos con más de dos mil años de antigüedad, contemporáneos a la época del La Pasión del Señor”, recordó el pontífice, y les aseguró su cercanía espiritual. 

Mérida es una de las ciudades más reconocidas de España por sus antiguos monumentos romanos, hasta el punto de que se la llama la "Roma española". Fundada como colonia por soldados de Augusto en el año 25 a.C., su centro histórico cuenta con el Arco de Trajano, el Puente Romano, el Templo de Diana y un Anfiteatro Romano, entre otros sitios. Y es en torno a esos lugares donde se realizan los actos religiosos durante la Semana Santa.

La huella imborrable de la Semana Santa
El Papa recordó cómo la arquidiócesis de Mérida-Badajoz celebra un año especial, el Año Jubilar Eulaliano, que honra a santa Eulalia, la joven mártir que contribuyó a hacer de Mérida la cuna del cristianismo en España y destino de peregrinaciones a lo largo de la historia. 

Dirigiéndose a las cofradías que preparan las celebraciones de la Semana Santa, las animó a que la experiencia de esa semana "deje una huella imborrable y permanente" en quienes participan de ella, recordándoles que la recreación de la Pasión de Jesús "no es un espectáculo", sino un anuncio de nuestra salvación", y "por eso debe dejar su huella". 

Es especialmente importante durante la Semana Santa dedicar tiempo a la oración, a la escucha de la Palabra de Dios, siguiendo el ejemplo del Buen Samaritano, cuidadando de nuestros hermanos y hermanas heridos. Citando su Mensaje de Cuaresma para este año, el Papa agregó: "El amor a Dios y el amor al prójimo son un solo amor. En presencia de Dios, nos convertimos en hermanos y hermanas, más sensibles unos a otros".

Abrir nuestro corazón a los demás
La Semana Santa marca "un tiempo de gracia que el Señor nos da para abrir las puertas de nuestro corazón" y de nuestras comunidades, recuerda el Papa, y para salir al encuentro de Jesús y de los demás, también para llevar la luz y la alegría de nuestra fe. Animó a todos a seguir adelante con amor y con la ternura, el respeto y la paciencia de Dios, "sabiendo que ofrecemos nuestras manos, nuestros pies, nuestro corazón, pero que es Dios quien nos guía y nos muestra el camino". 

El Santo Padre concluyó su mensaje a las fraternidades de la antigua ciudad española con un pensamiento especial para las familias "que tienen un ser querido que está enfermo", para los que están solos, para los que atraviesan dificultades económicas y, finalmente, para los jóvenes que pueden ofrecer sus talentos ahora y en el futuro para las Fraternidades de Mérida.+